La que no sabía si salir...

...y llegó a las 6 de la mañana.

...y se pasó por el McAuto antes de ir a casa para asentar el estómago.

...y cerró el Super8.

...y se dejó la garganta con los temazos retro del final del Guateque Zombie.

...y se hartó de cervezas, chupitos, chucherías, bocatitas y no pagó un duro.

...y se hizo fotos guays con gente disfrazada.

...y saltó, bailó y se divirtió como hacía ya tiempo que no lo hacía.

...y estrenó por fin botas y chaqueta.

...y conoció a gente muy simpática que espera volver a ver.

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Casi todos los últimos años he tenido una noche de Halloween para contar. Sin duda la más sonada fue cuando en 2º de Bachillerato, allá por 2004 (qué viejaaaaaa...) me disfracé con mi mejor amiga (la del post de ayer) de siamesas diabólicas. Imaginaos a dos niñas metidas en un jersey enorme lleno de telarañas, una con la cara pintada con expresión feliz y la otra triste, andando apretadas dentro de la ropa, al mismo paso, llenas de sangre. Ese día lo triunfamos, no sé cuánta gente se hizo fotos con nosotras, pero por aquel entonces no había tanto Tuenti ni nada de eso. Bebimos gratis todo lo que quisimos y más y nos lo pasamos de miedo.

El primer Halloween que celebré también coincidió con la primera vez que medio me emborraché, con 13 o 14 años. Iba de lo típico, zombie, con toda la ropa rasgada, llena de Betadine, la cara blanca de harina, los pelos cardados... Lo celebré en el bar donde trabajaba la madre de una que por aquel entonces era mi amiga, habíamos preparado una tarta de chocolate, bebidas, pelis de miedo. Estuvo genial. Lo peor fue que yo sí me desmaquillé antes de irme a dormir, pero mi amiga no. Y cuando me desperté al día siguiente y me la vi al lado en la cama grité. Mucho. Tuvo que venir su madre y todo porque encima la nota no se despertaba con mis gritos y yo cada vez me acojonaba más. Ahora me acuerdo y me parto, pero no quise volver a quedarme en su casa nunca más.

También recuerdo uno de los primeros años en la facultad, que salimos juntos muchos de los de clase, sin disfrazarnos ni nada. También salieron mis amigos "de fuera" (que no eran protoenfermeros, vamos) y me los encontré mientras buscaba a un compañero que se nos había perdido borracho como una cuba y que no conseguíamos encontrar cuando decidimos irnos a una discoteca. Esa noche le dio a la gente por tajarse de mala manera y cuando me encontré con los "de fuera", una de mis amigas, lesbiana, empezó a medio tirarme los tejos. Esa chica y yo nunca hemos tenido nada y nunca nos hemos dicho cosas entre nosotras, así que me pareció que debía estar realmente mal para que me dijera aquello, pero seguí de largo buscando al dichoso perdido. La segunda vez ya me la vi, precisamente en las escaleras del edificio de Cruz Roja, tirada, vomitando y con una amiga suya llorando al lado a la que no soporto desde ese momento. Ya en la carrera nos habían enseñado algunas cosas, así que me puse a hacer lo que pude mientras alguien iba a por un coche para llevarla al servicio de Urgencias. Y en esas, un tío, borrachillo también, empieza a intentar ligar conmigo y yo venga a darle largas. Vale, yo estaba mazo de buena por aquel entonces, es comprensible (tengo a mis dos abuelas vivas, gracias), pero lo que me flipó fue que al rato tenía a una tía vestida de demonio hablándome a la oreja:

-"¿Qué haces ligando con mi novio? ¡Yo soy EL DEMOOOOOONIOOOO y te voy a mataaarrrr...! Esta noche acabaré contigo, muajajaja!"

Y venga a revolverme los pelos la muy desquiciada. En serio, cuando llegué a Urgencias, le dije al enfermero que atendió a mi amiga que era estudiante de Enfermería y me dijo que si le quería coger yo la vía entre risitas, la mirada que le lancé al pobre hombre tuvo que dolerle y todo.

Este año pensaba disfrazarme de Miércoles Addams, pero me rajé porque pensé que la gente con la que iba a salir no se iba a vestir de nada. El que me sacó de casa fue uno de los guitarras del grupo donde canto y fue el único que no iba disfrazado. Había un atropellado con la marca de neumático y todo, una que se había caído del cabezo, uno al que se le salían los intestinos. Por no hablar de un franquista zombie, médicos zombies, mafiosos zombies... Qué molón todo. Me arrepentí de no haberme maqueado al final, pero bueno, ahí está la idea para el año que viene.

Ahora lo que me queda es una semana por delante que no sé cómo voy a llevar, porque no tengo muchas cosas a la vista y ya sabéis que intento mantenerme ocupada todo lo que puedo. Creo que voy a empezar a pegar cartelitos ofreciéndome como puta de lujo profesora particular para al menos sacarme algo. Creo que también es buen momento para empezar con dos de los puntos del "Proyecto Alineación": hacer algo de ejercicio y retomar el Reiki. Así además de mantenerme ocupada, me reconcilio con cuerpo, mente y espíritu, ¿no os parece?

Feliz semana a todos.

Besos con marca.