De meditar en la playa. De sol en mi cabeza, de viento en mi cara. De sacudirme la arena del cuerpo y que me exfolie de malos pensamientos y sentimientos. De llenarme los pulmones de aire salado de vida. De estar conmigo misma y, a la vez, dejar de tener conciencia de mi cuerpo por un buen rato. Para después poder volver a reconciliarme con él como se merece. De dejar salir de una vez todo lo antiguo para hacer sitio a lo nuevo. O quizás de reciclar y restaurar lo que todavía pueda salvarse, en estos tiempos de crisis a todos los niveles.
"En este mundo que va
como la luz del pensamiento
el mérito está
en no quedarme en el intento
y aunque no lo crea
qué duda cabe ya...
Que este mundo va."
Que este mundo va."
Adios al fin, Marzo.
Besos con marca.
Espero que pronto con arena.