22 de enero de 2014

22.

Me ha saltado en el móvil una alarma avisándome de tu cumpleaños. Recuerdo que la puse el día ese que hicimos el pacto de "aplazarnos" hasta después de mi examen, para que, inmersa en el estudio de las últimas semanas del EIR, no se me olvidase la fecha. No sabes cuánto me alegro de haberme saltado esa estúpida norma que quise ponerme por miedo, por cobarde, y que tú respondieses de esta manera.

Gracias por estos dos meses. Gracias por todo lo que estás haciendo por mí, ya te he dicho varias veces que no sé cómo te lo voy a devolver todo, pero ya encontraré la manera. Gracias por cuidarme, por quererme, por amarme. Por los besos, las caricias, las palabras, las miradas que me hacen sentir la chica más bella del planeta y me hacen esconder la cara en tu pecho o tras un cojín. Gracias por llevarme al cielo y también por devolverme a La Tierra cuando es necesario. Y sobre todo gracias, muchas gracias, porque desde que estoy contigo sólo quiero ser feliz y ser mejor persona.

Hoy es tu cumpleaños. Uno de tantos que espero que vivamos juntas. Y aunque no estemos la una al lado de la otra, espero seguir haciendo que me sientas cerca durante todo el día. Hoy toca sonreír. Por uno más. Por estar viva, por todo lo vivido y por todo lo que (nos) queda por vivir. Hoy toca ser feliz. Por ti la primera y por todos los que, de una u otra forma, están a tu lado. Por los que luchan cada día aunque cada vez tengan menos fuerza y por quienes nunca dejan de luchar a pesar de que la naturaleza parece no estar de su parte. Por los que se fueron y te miran sonriendo allá donde estén, orgullosos de haber podido tenerte en sus vidas. 

Y sobre todo tienes que sonreír por mí. Porque cuando sonríes me tiemblan las piernas. Porque cuando te veo sonreír el corazón se me pone un poquito más contento y quiere saltar a abrazarte.

Porque cuando sonríes eres preciosa.
Porque un "te quiero" nunca sobra.
Feliz cumpleaños.

Besos con marca.