7 de junio de 2014

Érase una vez.

Todo empezó con un beso de menta tras un "¿Quieres que sea mala?" y un tímido movimiento de mi cabeza en señal de consentimiento mientras no dejaba de clavarle esa mirada intensa mía que tanto dice que le gusta.


En realidad, todo comenzó con unas manos frías.
Y ya no me quiero soltar de ellas.

Besos con marca.