4 de junio de 2015

Pop!

Mi editor me mandó ayer por la tarde una foto al móvil con unos cuantos ejemplares de Ecdisis. No sé por qué, pero he tenido la imperiosa necesidad de venir aquí a contarlo. Supongo que porque este blog y vosotras me habéis visto crecer y habéis visto crecer a mi poesía (me atrevo a hablar en femenino ya que las mujeres por aquí sois mayoría) (y si se me enfada algún hombre, que se vaya pensando dejar de leerme).

Mi primer poemario ya es un hecho.
Mi sueño ya es un hecho.

Tiemblo por dentro y ardo en deseos de empezar con las presentaciones, las firmas, los envíos. Quiero que Ecdisis esté YA con vosotras y quiero ver por fin que esto progresa. Puede que suene raro, pero creo que aunque lo importante ya está hecho, que es el libro en sí, escribirlo durante tanto tiempo, pulirlo, darle forma y tal, lo realmente complicado empieza ahora.

Y sí, la parte primera de la complicación ya está también superada: conseguir editorial. Como os conté (creo), había enviado el manuscrito a un par de editoriales y les "pedí permiso" a otras muchas para poder enviárselo, pero no fue hasta que los de Niebla me vieron en un micro abierto, cuando entablé relación con ellos. Esto merece mención aparte, porque si no llega a ser porque me acerqué a Mar y José Ángel (pareja y comité de lectura de la editorial, también poetas) para felicitarlos por su aportación al recital y para invitarlos a volver al mes siguiente, nada de esto estaría pasando. Sí. Aunque odie un poquito los textos de autoayuda, las cosas buenas pasan fuera de la zona de confort.

Bueno, en esto estoy de acuerdo con Alfonso Casas...
https://www.facebook.com/alfonso.casas.moreno

Me tragué el miedo y me lancé al mundo de los micros abiertos y los recitales. Me tragué el miedo y empecé a relacionarme con la gente, a dar la enhorabuena, a sonreír, a abrazar cuando lo siento y a decirle a mi gente que la quiero. Y cargarme todas esas barreras sólo me está trayendo cosas buenas.

Pero aún así, como digo, me parece que ahora me enfrento a la parte más difícil. La promocional. Y es que sólo pensar qué le pondré a la gente que me compre el libro en la dedicatoria, me pone nerviosa. ¡Sólo pensar en que mi firma es un garabato feo que casi tacha mi nombre me pone histérica! Y lo de tener que hablar sobre mí misma o sobre el libro. En público. Con cámaras. En Diputación. ¡Eso no es lo mismo que contar mis trocherías en el blog! Uffffffff...

Así que en esas estoy. Intentando volver a la rutina, llevar los estudios para delante, seguir poniéndome en forma en el gimnasio, comer sano, seguir escribiendo cosas nuevas, acostumbrarme a mi nueva habitación, al vacío que ha dejado la abuela... Lidiando con mis pajas mentales sobre cómo ser una correcta anfitriona de eventos literarios y no morir en el intento. ¡Y sin descuidar a la parienta!

Yo, de ésta, peto como palomita de maíz.
Pero una palomita de maíz muy gordita y feliz.

Besos con marca.