Buenas tardes queridos espectadores. Disculpen este aspecto lamentable pero... Ah, no, coño. Que no me podeís ver ni yo soy Quequé en "Estas No Son Las Noticias"...
Bueno, disculpen este aspecto lamentable pero es que me he llevado casi 24 horas de no parar fuera de mi casa. Ha sido un viernes 13 y un inicio de sábado 14 movidito.
Para empezar, ayer me levanté temprano, desayuné, me arregle y me fui cargada con dos libracos de la hostia para devolver a distintas bibliotecas del campus. Llegué a mi facultad, dejé el primero y empecé un peregrinaje tablón por tablón para ver si habían puesto las notas de alguna asignatura. Ninguna pero, curiosamente, las notas de Farmacología del otro grupo, que hizo el examen el mismo día que nosotros sí que están puestas... Me doy un garbeo por el pasillo de los profesores, a ver si veo a alguno y le meto presión para que corrija. Nada. Me voy a la biblioteca central para devolver el otro libro. La bibliotecaria, cuando me ve, dice:
-"¿De Enfermería o de Medicina, verdad?"
Le digo que de Enfermería. A ver, en Huelva no hay Medicina, ¿qué coño me estás contando? Me dice que es por el libro tan gordo. En fin...
Como me había olvidado las gafas de sol, atravesé por la facultad de Educación para no parecer asiática o que iba ligando con los conductores que pasaran. Me encontré con una profesora de Psicología que me dio clases el año pasado. Es una tía que me encanta, super abierta y habladora. Lo primero que me dice en cuanto me ve es que qué me he hecho en el pelo. Es curioso. Ella me conoció con el pelo rojo y sin flequillo recto. Y, como es normal, al verme diferente se dio cuenta y me dijo que me quedaba bien el nuevo look. Sin embargo, la tía que ha tonteado conmigo durante meses me ve con el pelo distinto y ni me reconoce, saludándome como si vierna a un persona estándar por la calle. Flipando, hablo con ella un rato, se interesa por mi salud, que me pilló todo lo del oído y mi ingreso en el hospital durante su asignatura. Me voy de la facultad con una sonrisa, esa mujer me transmite un buen rollo increíble.
El Campus de El Carmen, que es en el que estoy, está muy cerca de dónde vive mi abuela paterna. Ayer comí en su casa, pues me iba con mis tíos, que viven en el edificio de al lado, a Sevilla. Llegué y estuve un rato charlando con ella de todo un poco. Le dije que me quiero ir a Inglaterra y ella cree que es a Alemania. Además, aún sigue diciendo que cómo me va en el instituto.
Me di cuenta de una cosa curiosa. Lo que en mi casa es bastante comida, en la de mi abuela es poco o como mucho, suficiente. Se nota que viven y gastan de forma diferente y, si como muchas veces he dicho, me hubiera ido a vivir con mi abuela, estaría hecha una vaca de lo cebada que me hubiera puesto. Qué barbaridad, qué forma de comer. Luego mi tío, que está gordo y según él, hace dieta disociativa, me dice que adelgace, que haga dieta y que controle lo que como. Flipante.
Me quedan muchas cosas que contar del día de ayer y la madrugada de hoy, pero en una hora y media me vendrá a buscar mi tío, el mismo que me dice que adelgace, para ir a hacer algunas compras. Y como estoy hecha unos zorros y aún me tengo que duchar y arreglarme el pelo, esta noche habrá parte 2 y ya seguiré contando...
Pues si que ha sido movidito.
ResponderEliminarY que pregunta mas tonta la de la bibliotecaria.
Un saludete