Viernes 13, Sábado 14 (3ª parte y espero que última)

Si no recuerdo mal, me quedé en que mi tío y yo volvíamos a la zona del Corte Inglés de Plaza del Duque. Mientras bajábamos la calle que va hacia allí desde Plaza De Armas, le mandé un mensaje a Eva para quedar y vernos. Eva es una chica que conocí en el foro de Loka, en el que soy moderadora y usuaria desde dios sabe cuando. Ella es de Canarias, pero ahora que está estudiando en Sevilla, le dije de quedar para vernos un día y conocernos en persona, pues hablamos desde hace tiempo y nos llevamos muy bien. Quedamos a partir de las seis en la puerta del Hipercor y mi tío y yo seguimos dando un paseo.

****parte de entrada omitida por seguridad personal**** xDDDDDDDDDDDD

Total, que llegamos a la Plaza del Duque y estuvimos viendo los puestecillos hippies mientras esperábamos a Eva. Me tuve que contener horrores para no gastarme lo poco que llevaba, que ya me había comprado un cinturón en una tienda de tíos (sí, qué pasa, molaba) y no me quedaba nada por si tenía que invitar a tomar algo.

Cuando ya habíamos dado dos vueltas a los puestos, nos sentamos a obsevar a la gente esperando a que Eva me diese el toque al móvil que significaba que ya iba llegando. En un sitio como aquel, ponerte a mirar a los que pasan es un ejercicio divertido. Hay de todo, mucho más variado que en Huelva. Y además mi tío es el rey de la coña fácil. Toque al móvil. Por un lateral del Corte Inglés veo llegar a Eva y le hago señas. Nos damos un beso, le presento a mi tío y nos vamos en busca de una tienda de abalorios que quería ver mi tío para comprar algo para hacer pulseras.

Por el camino charlamos de los estudios, de la gente del foro, de la ciudad... Entramos en un montón de tiendas guapísimas que hay por la zona, dios, me hubiera arruinado allí mismo... Ropa, bolsos, complementos, posters, cosas de decoración, artículos de música... Buf, menos mal que no llevaba pasta... Al final acabamos cerca de la clínica en la que estaba mi tía tomando unos cafés. Bueno, yo un zumito, jiji. Charlamos sobre lo caro que son los pisos, los estudios, las residencias... Y sobre todo de Carnaval y de diferencias entre Huelva, Sevilla y Cádiz.

La verdad es que se me hizo muy corto, Eva es muy mona y muy agradable y casi ni nos dimos cuenta de que mi tía estaba llamando para que fuéramos ya a buscarla para volver a casa. Me despedí de Eva y subimos de nuevo la calle que va desde Plaza del Duque a Plaza de Armas. Entramos en el parking y mientras mi tío iba al baño y mi tía y yo íbamos a montarnos en el coche, me encontré un corazón de peluche en el techo de un coche. Obviamente me lo quedé. :$

De camino a Huelva se me levantó un dolor de cabeza un poco puñetero, pero no me impidió darme cuenta de una cosa. Huelva siempre estará discriminada en Andalucía. En todo. Y es totalmente comprobable en la carretera. Que yo no sé de estas cosas, pero creo que es la A-49. Si vas para Sevilla, donde está el cartel que indica que empieza la provincia de Sevilla y si vas a Huelva, donde está el que indica que acaba Sevilla, puedes ver el cambio increíble que da la carretera, arreglada en la provincia de Sevilla y hecha una mierda en la provincia de Huelva. Brutal.

Por el camino le mandé un mensaje a una de mis mejores amigas, Rasa. Sí, Rasa, no es Rosa y me he equivocado. Es Rasa y es lituana. Le puse que si nos veríamos este finde que estaba libre, con la libertad que me pudiera dar el poco dinero que tengo. Me llamó al rato y quedamos en salir. Yo quería salir el sábado, estaba cansada. Pero claro, no caí en que sería San Valentín y estaría con el novio, así que quedó en llamarme más tarde para fijar la hora y tal.

Llegué a casa, cené, vi un poco los Carnavales y quedé con Rasa a la una en el insituto en el que hemos estudiado, que nos pilla siempre a mitad de camino entre nuestras casas. Bueno, a mí siempre un poquito más cerca, ac ac. Mientras la esperaba me pitaron un montón de coches conducidos, obvio, solo por hombres. Hacía tiempo que no me arreglaba tanto, desde Nochevieja, y la verdad es que estaba muy bien, con pitillos de raso y taconazos. Rasa llegó y empezó a llamar a gente, a ver con quien nos juntábamos. Nadie con quien encalomarse, así que tiramos para el Buddha, donde el novio es dj.

Odisea para sacar dinero de algún cajero. Vueltas y vueltas y yo con estos tacones que me están matando. Llegamos por fin a la discoteca, que está un poco a tomar por culo de todo. Los que sean de Huelva estarán conmigo en que el Aqualon, para los que somos de la Isla Chica, está un poco a tomar por culo, la verdad. La discoteca no estaba muy llena aún, pero había buen ambiente. Subimos a la cabina a saludar al novio de Rasa, dejamos allí los abrigos y los bolsos y nos bajamos a por una copa y a bailar.

Ron cola y a la pista. Rasa y yo bailamos bien, para qué ser humildes. Además, Rasa está muy buena y es muy guapa y se nos acercan siempre un montón de tíos. Yo eso lo tengo más que asumido, pero la otra noche me jodió especialmente. No por nada, yo no iba con intenciones de ligar ni nada, me acababa de poner con la regla y lo menos que me apetecía era follar. Pero que un tío se llevase toda la noche hablándome de lo guapa que es mi amiga, de lo bien que baila y de que si se la comería entera, te empieza a tocar un poco los ovarios. Pero bueno, es comprensible. Además bailé con él y con sus amigos y me lo estaba pasando bien. Pero al final la cagó, pronunciando la palabra maldita que aún ningún tío me había dicho.

C-E-L-E-S-T-I-N-A.

WTF? Joder, le hubiera dado una patada en los huevos en ese momento, pero era demasiado mono y simpático, se había portado muy bien con nosotras y me quitó de encima a uno que me había estado dando el coñazo toda la noche.

Porque sí, yo también ligo a veces, pero siempre es con alguien que no me llama la atención. Otra tía igual me hubiera llamado gilipollas por pasar del tío que me entró... Que nadie me tache de racista, pero lo siento, el chico que me entró y que me siguió toda la noche era negro y a mí no me ponen, ni siquiera me atraen nada de nada. Se llamaba (y se seguirá llamando, digo yo...) Bamba. Coñas con el nombre, no, por favor, o os pego con la zapatilla en la boca. Ac ac. Vestía bien, así con un toque raperillo, buena ropa, buen cuerpo, amable y bailaba muy bien. Pero eso, bailé con él y le di largas como buenamente pude. Lo siento, no sé, no me atraen nada. Y eso que de todos los inmigrantes que hay en Huelva, los de raza negra son los que más respeto me merecen pues los consideros los más trabajadores, educados, amables y los que menos daño hacen, los que menos problemas crean y los que menos burradas te dicen por la calle. Pero en el plano afectivo sexual y por mucho mito que haya, nada de nada.

Así que esa fue mi noche: un par de copas, charlar con unos y otros y bailar. Sobre todo bailar. Cuando Rasa y yo nos juntamos, bailamos y bailamos y no paramos. Nos encanta y a la gente por lo visto también. Además, nos toqueteamos bastante entre nosotras, nos damos algún que otro piquito y eso a los tíos, ya se sabe.

Desde la una y media que llegamos hasta las seis que el novio empezó a aflojar la música para que la gente pillase la indirecta de pirarse ya, estuvimos bailando sin parar, excepto un rato que fuimos al servicio. Los pies me ardían y si no me llega a traer a casa el novio de Rasa, no sé si hubiera muerto por el camino.

Llegué a mi casa medio muerta, las escaleras me acabaron de matar. Me quité la ropa corriendo, me lavé las manos y la cara, el pipí de antes de dormir y a sobarla. Estuve durmiendo hasta las 2 o así, que me llamó mi tío, el mismo con el que fui a Sevilla, para que fuésemos de compras al mismo sitio donde está la discoteca y que había dejado hacía unas horas. Le digo que quedemos a eso de las seis y media, para que me de tiempo a ducharme y arreglarme. Y para ducharme y arreglarme fue cuando tuve que parar de escribir aquí la primera vez.

Pues eso, me duché, me arreglé, saqué a la perra y me recogió mi tío. Estuvimos mirando unas cuantas tiendas donde tienen ropa de hombre, pero nada le servía por su peso. Yo me acabé comprando unos abalorios para hacer pulseras o algo y una camiseta en el Pull de chico, con un corazón en colores chillones que me encantó. Además me encontré a Monte, que ya ha aparecido en alguna entrada antigua.

Volví a casa más cansada y destrozada de lo que aún estaba. Cené, viendo también un poco los Carnavales y vimos una peli mientras me trincaba un café con Baileys que me sentó de lujo y que me ha hecho dormir de un tirón.

Hacía tiempo que no tenía días tan ajetreados y por eso me apetecía contarlo por aquí. Porque me gusta releer mis entradas y ver que no todos los días posteo paranoias tristes. A los que hayan llegado hasta el final, un premio gordo. A los que no, pues nada, que no leerán esto. Espero no haber sido muy tostón y que no os hayáis aburrido. Y si lo habéis hecho, os jodéis. :D

Saludos.