Hacía ya tiempo que no escribía una entrada sobre alguna peli vista recientemente y como esta semana he sido buena y el tema de esta quincena de uno de los cursos que estoy haciendo está ya finiquitado, anoche me vi dos pelis que tenía pendientes y hoy toca comentarlas un poco.
(La entrada puede contener spoilers a partir de aquí:
lee con cuidado.)
La primera que vi fue Closer: Cegados Por El Deseo (2004).
Llevaba tiempo queriendo verla porque siempre me habían hablado bien de ella y como hace poco también me la recomendó una chica con la que hablo a menudo por Twitter, me la bajé y me la puse. La verdad es que no iba con demasiadas expectativas con ella, pero aún estoy esperando que alguien me diga por qué es tan buena y por qué me la recomendaron tantas veces.
La película, según el cartel, va de amor. Pero para mi gusto, es un film que va sobre deseo y sobre todo sexo, sin ver una sola escena de sexo durante más de hora y media que dura la cinta. Te enteras de lo que pasa la mayoría de las veces porque los personajes hacen referencia a esos hechos una vez han sucedido y no porque veas gran parte de la acción salvo momentos concretos. La elegancia de la que algunas críticas hablan a la hora de emplear la elipsis no la veo por ninguna parte, al contrario, me deja con una sensación imperiosa de vacío.
Alice (Natalie Portman) y Daniel (Jude Law) son una pareja que se ha enamorado locamente a primera vista para pronto pasar a ser un triángulo amoroso cuando él, escritor de necrológicas que tiene su oportunidad como novelista, va al estudio de Anna (Julia Roberts) para las fotos de la contraportada del libro que va a publicar. Entre Daniel y Anna surge también una atracción casi instantánea pero cuando ella le rechaza al saber de la existencia de Alice, él se la juega haciéndose pasar por ella en un chat porno y mandando a Larry (Clive Owen), el cuarto en discordia, a un sitio donde sabe que estará ella para que le proponga mantener una relación sexual. Lo que ninguno de ellos sabe es que Larry y Anna se acabarán enamorando y casando.
El triángulo se convierte así en un cuadrilátero casi propiamente dicho, porque todos los protagonistas lucharán por mantener el amor y el deseo de quien "ocupe su corazón" en ese momento, por decirlo de alguna forma. Matrimonio, infidelidades, divorcios interrumpidos, huidas, mentiras que son verdad, verdades que son mentira, querer lo que es de otro, querer lo que una vez fue nuestro y dejamos escapar... Y para mi gusto, una película poco creíble que sólo me ha gustado en cuanto a estética y fotografía, pero que me ha resultado bastante plana y aburrida, intensa sólo en poquísimos momentos a pesar de ser constantemente vendida como sensual y provocativa, adjetivos que, desde mi punto de vista, no se merece. También quería destacar que a pesar de ser Jude Law uno de mis actores favoritos, en esta película Clive Owen se lo merienda con facilidad: está soberbio en su papel. Y además, me reafirmo en que Natalie Portman solo me ha gustado en Cisne Negro y en que Julia Roberts va ganando con los años: a pesar de la sensualidad y el descaro que derrocha la primera, la segunda es la que capta mi atención desde el primer momento en el que aparece con esa melenaza.
Cuando terminó miré qué otras películas había hecho el director (Mike Nichols) y no sé si tendrá que ver, pero en 1967 dirigió El Graduado y nunca he deseado tanto en mi vida que terminase una película como me pasó con ésa, así que ahí lo dejo...
La segunda fue Savage Grace (2007) y lo cierto es que no había oído hablar nunca de ella. Me la topé echando un vistazo a las películas en las que había participado Belén Rueda (no sé por qué estaba haciendo yo esto, pero sé que me queréis igual) y al ver que la protagonizaba mi adorada Julianne Moore, me la bajé y me la puse tras el chasco de Closer, a ver si la cosa mejoraba.
Dirigida por Tom Kalin, cuenta la historia de los Baekeland, herederos de la gran fortuna de los explotadores de baquelita. Centrada sobre todo en Bárbara (Julianne Moore) y en su hijo Tony (Eddie Remayne) y basada en hechos reales, nos presenta a Bárbara, una artista algo frustrada, caprichosa e inestable que ama casi a partes iguales a su hijo y al dinero y las apariencias. Es un animal social que sin embargo, a los ojos de su marido Brooks (Stephen Dillane), no es capaz de mantenerse a la altura de su nivel social. El pequeño Tony, un niño inteligente, curioso y especial, crecerá sabiendo que no cuenta con el cariño de su padre, lo que estrechará aún más su relación con su madre. Además, desde niño, Tony mostrará tendencias homosexuales que nos dejarán entrever muy sutilmente y que se confirmarán cuando conozca a Jake (Unax Ugalde) aunque intente ocultarlo saliendo con Blanca (Elena Anaya). Cuando Blanca sea seducida por Brooks, la mente de Tony se desestabilizará aún más y empezará una cruzada personal por atraer la atención de Brooks y restaurar el matrimonio de sus padres, además de volverse enfermiza la relación que lo une con su madre, que será capaz de lo más bajo por intentar "curar" la homosexualidad del joven, hecho que, por lo que iremos descubriendo, nunca aceptó.
Otra película bella en cuanto al cómo pero extraña en cuanto al qué y al cuánto. Como en la anterior, no me ha hecho empatizar con ninguno de los personajes, que en pocas ocasiones presentan con la intensidad que pretenden transmitir con los hechos narrados. El ritmo es algo lento durante la primera mitad de la película y algo rápido, sin profundizar, en la segunda parte, en la cual podrían habernos hecho entrar mucho más en las mentes cada vez más trastocadas de los personajes. Morbo buscado de forma fácil y algo de manipulación de una historia real que provocó la reacción de alguno de los protagonistas tras su estreno. Si por algo merece la pena verla, en mi humilde opinión, es por el inesperado (aunque frágil y ligero) final y por supuesto, por la bellísima Julianne y su personaje, que es de lo poco que hay en el film que nos pueda deslumbrar: una mujer patética y atractiva a la misma vez. No os vayáis a flipar las fans de la esquelética Elena Anaya porque, aparte de dos palabras mal contadas y dos muecas, lo máximo que hará será ofrecer su cuerpo desnudo en una paupérrima escena de cama. (O sí, quizá ya esteis buscando la película como locas, allá vosotras.)
Una historia mal desarrollada a saltos que podría haber dado mucho más de sí y que se pierde en la provocación mal conseguida y en la ida y venida de personajes irregulares que llevan a un final que, sin ser un horror, tampoco es una obra maestra. (Imprescindible verla en VOSE para apreciar la mezcla de nacionalidades que se perderían con el doblaje, ya que se rodó íntegramente en España al no conseguir financiación estadounidense al tratar de forma tan directa el incesto y toparse de bruces con la moraliadad americana.)
Y ahora, cómo no, te toca a ti contar tus impresiones si has visto alguna de las dos películas, si no estás para nada de acuerdo con mi opinión, si debería volver a ver alguna de ellas fijándome en algún detalle, si quieres recomendarme algún otro film a raíz de estos dos...
Y todo lo que se te ocurra.
Besos con marca.