Lo primero y lo segundo, sabéis lo que es. Lo tercero, ni yo sabía lo que podía ser hasta esta mañana. Y es que en las sesiones de Educación Para La Salud (EpS) que estoy dando, no sólo son los niños los que aprenden cosas. Pero vayamos al primer tema, que a la hora que estoy escribiendo es tarde y quiero dormir mucho esta noche, que llevo unos días super ajetreados.
El martes me tocaba la segunda dosis de la vacuna para la alergia que me mandó mi amada alergóloga. En la dosis anterior, la enfermera me dio cita para las 10:30, así que llegué un rato antes, cogí número (como en el súper, con la mísma maquinita y todo) y me senté a leer a Katherine Mansfield. La cita se estaba retrasando bastante y cuando llevaba ya un buen rato esperando llegó una madre con una niña de unos 8 años, ambas vestidas de la misma forma. La madre cogió número y se sentó en unos asientos al lado de donde yo estaba y la niña se me sentó delante. Todo hubiera sido normal si la dichosa niña no se hubiera dado la vuelta y se hubiera puesto a mirarme fijamente. Me miraba, se movía, intentaba leer lo que yo estaba leyendo, hizo todo lo posible por ver el título del libro... ¡Joder! Me estaba poniendo histérica, cual Ally McBeal me veía a mí misma dándole en la cara a la niña con el libro y dándole una hostia a la madre por no echarle cuenta a la niña y por llevar el pantalón caído enseñando las bragas azules que no eran necesarias de ver para mi supervivencia. Pero bueno, una niña curiosa a esa edad tampoco es nada para asombrarse, pero lo que me pasó después...
Al fin, media hora más tarde, empieza la consulta de las vacunas. Tenía a dos mujeres delante y justo antes de que me tocara a mí, llegó un chaval con la madre. Alto, rubio... No, ahora no viene el guapo porque no lo era, pero bueno. Lo que me "molestó" es que tenía toda la pinta de que lo iban a colar y a mí ya se me estaba haciendo tarde para ir a recoger las cosas que necesitaba para la sesión que tenía. Así que en una maniobra rápida me puse en la mesa de la enfermera y conseguí que me atendiese antes que al chico. Me puso mi primer pinchacito y me senté a esperar en la silla más alejada de la mesa de la enfermera. Ésta le puso la vacuna al susodicho, que parecía llevar bastante tiempo yendo allí porque todas las enfermeras lo conocían y le hacían comentarios y bromas. Bueno, pues teniendo todas, TODAS las sillas libres, el colega se sienta en la que está justo a mi lado derecho, dejándome "encerrada" entre él y una nevera. Eso ya me empezó a poner un poco alerta, pero lo peor estaba por llegar. El chaval empezó a mirarme a la cara mientras yo leía. A la cara, a intentar leer lo que yo estaba leyendo, incluso se contorsionó para ver el título del libro, que quedaba del lado contrario al que él estaba. A mí estas cosas me ponen MUY nerviosa, no sabía ya qué hacer. Al poco, me pidió la hora y justo después la enfermera me llamó para mi segundo pinchazo. Dijo mi nombre y mi primer apellido en alto, me levanté, me subí la manga, me pinchó y me volví a mi sitio. Entonces ya sí fue cuando el chaval me abordó.
-¿Te llamas Ester?
+No, me llamo Estela.
-Ah... Estela. Qué bonito.
Me daba cosa cortarlo así de pronto, así que le pregunté a él.
+¿Cómo te llamas tú?
-*nombre del chico*
Creo que le dije que encantada e intenté seguir leyendo.
-¿Tú qué estudias?
+No, yo ya he terminado mi carrera, soy enfermera.
-¿Qué? Si no...
+Ya, lo sé, no aparento la edad que tengo.
-Si pareces de mi edad, ¿cuántos años tienes?
+22.
-¿22! Si yo creía que eras de mi edad, te echaba 17 o 18...
+Pues en mayo cumplo 23...
-Joer...
Se calló un rato y pude seguir leyendo y cotilleando un poco con una señora mayor que llegó con su nieto, además de reírnos un rato de los que estaban haciendo las espirometrías. Y aquí llega ya lo más grande de la mañana.
-¿Y tienes novio?
+No.
-¿Y... quieres tenerlo?
+¡Soy bollera, puto niñato de mierda!
Ok, no.
-¿Y... quieres tenerlo?
+No sé... Es que eso no se busca...
-Ya, claro, claro...
El chaval se levanta rápidamente y le dice a la enfermera que cuándo se va a poder ir de allí, que se quiere ir ya. Y atención a las palabras de la enfermera, a la cual me habría cargado con el arma más letal que me hubiera encontrado en ese momento.
enf-¿Que te quieres ir ya? ¿Y por qué te quieres ir ya, hombre? Con lo a gusto que estás tú aquí con nosotras...
-Porque estoy nervioso...
enf-¿Que estás nervioso? Yo sé por qué estás tú nervioso, vamos, porque te ha gustado la muchacha que tienes al lado y estás nerviosito perdío... Que le has dao hasta conversación y to...
Y coge y se lo dice a la madre. El chaval como un tomate, yo sin saber donde mirar y la enfermera venga decir que si es que le gustaba yo, que estaba super nervioso por eso... Puf... Fatal, a mí estas cosas me ponen fatal y no sé qué hacer ni qué decir. Menos mal que lo dejaron irse con la madre, no sin antes mirarme con cara de corderito, decirme adiós y saludarme con la manita...
Que alguien me mate, por favor... ¿Por qué? ¿Qué he hecho yo para merecer este aspecto juvenil y virginal que me hace ligar con gente muy por debajo de la edad que me interesaría en el caso de que estuviera libre? Porque esa es otra, échate pareja y te lloverán los polvos del cielo, pero ese es un tema que trataré en otra ocasión...
Así que con toda la vergüenza del mundo, las mangas de camisa llenas de sangre de los pinchazos que me habían dado y la prisa que llevaba, me largué de allí lo antes que pude porque llegaba super tarde al instituto donde tenía que dar la charla...
Y así llevo dos días seguidos, dando charlas de EpS, de mi casa a Cruz Roja, de Cruz Roja a los institutos, de los institutos a Cruz Roja, de allí a casa, muérete buscando aparcamiento... BUF!!!!!! Y como el cansancio se manifiesta ya en mis ojos y en mi capacidad verbal, dejo en suspense los otros temas y así tengo más material para futuras actualizaciones...
Eso sí, abro una porra. ¿Qué creéis que es "la pomporrilla"? Hagan sus apuestas, el ganador se llevará un premio gallifante.
Besos con marca.
La Pomporrilla soy yo, pero con una R de más xDD
ResponderEliminarPOMPORRILLA Duende doméstico extremeño de sexo femenino que se dedica como sus congéneres a enredar en las casas donde habita molestando a sus habitantes
ResponderEliminarAhora toca una salva de aplausos. Gracias, gracias, me lo merezco. Este reconocimiento no cambiara en nada mi humilde y maravillosa personalidad XDDDD
Y como comentario al post: buenisimo, me ha encantado. Quien sabe si la vida os volvera a juntar en alguna consulta de alergologo
Aunque a ti no debió de hacerte nada de gracia, la situación así contada es muy gracioasa tia!jajajaja!!me imagino la cara de la madre, del chico, de las enfermeras y la tuya!!
ResponderEliminarPomporrillas??ni idea. Diré que son técnicas juveniles de ligoteo!! :p
Besets!!
Me gusta el aire que le das a la escritura.
ResponderEliminarUn beso.
Pomporrilla: Dícese de el brillo irisado que muestra los colores del arcoiris que se ve en algunas pompas de jabón (de ahí eso...) que se puede ver cuando has fumado algun cigarrillo de la risa.
ResponderEliminarEjem.
Vaya vaya, atraes a todos los y las jovenzuelos/las del lugar!! Espero que el tema de alergias no sea nada y aunque venga la primavera que no te pille mu fuerte... ala!! A seguir escribiendo! ;)
Jajajajajaa qué bueno, las cosas que te pasan a ti no le pasan a nadie xDDD
ResponderEliminarY la pomporrilla me suena a polla morcillona, tal cual xDDDD No me preguntes porqué, a estas horas todo es verde en mi mundo xDDD
Besotes^^