3 de septiembre de 2010

No me he muerto...

...pero por el pedo que me cogí en la fiesta, bien podría haberlo hecho. Me lo pasé genial, iba guapísima, le gente lo dio todo... Vamos, que nunca me hubiera imaginado que todo saldría así de bien, aunque en realidad me hubiera gustado no haberme tajado tanto y no tener lagunas mentales sobre esa noche...

Llegué al camping a las diez y poco de la noche del Lunes. La cena empezaba a las 12 aproximadamente, así que metí el coche en el camping y entré al edificio principal por mi sitio, mi amado botiquín. El caso es que había gente allí, una madre curándole el pie a su hija, que ya por la mañana se lo había curado yo pero que le seguía dando problemas. Y allí estaba yo, monísima de la muerte con mi vestido blanco inmaculado mirándole el pie a la susodicha niña. Y en esto que me ve mi jefe y se me acerca con sus andares chungos de "me creo que estoy cuadrao pero mido uno sesenta" y me dice que si estoy echando horas extras y se mete de nuevo en su despacho... Yo no sé por qué, pero me da que él ya iba ahí un poco fino porque cuando nos juntamos con las dos de recepción y la del supermercado y decidimos irnos para el chiringuito ya nosotros a empezar a entonarnos, pasamos por un sitio donde para un tren de estos turísticos y empieza a decir que si nos montamos y nos damos una vuelta... Fatal.

Total, que llegamos y empezamos cervecita viene, cervecita va (mi jefe no, él le daba a los cubatas del tirón) y cuando era la hora de comer, yo tenía ya el puntazo en lo alto, me reía por todo, me ponía a imitar a la gente del camping con mi jefe, que se me sentó al lado en la cena... Encima la comida como que fue un poquito escasa, la verdad... Así que cuando "cenamos" y ya estábamos de juerga propiamente, no me hizo falta mucho alcohol para que se me fuera la olla del todo. Normal, ¡si me comí solo dos rodajitas de tomate y tres tiras de chocos!

Bailamos, cantamos, meamos como treinta mil veces, nos hicimos cientos de fotos, hubo gente que se bañó (la fiesta fue en el chiringuito que está en la playa frente al camping)... Lo que más me gustó fue que todo el mundo parecía estar a gusto, que no había malos rollos aunque bien es sabido que todo el mundo no se lleva bien allí, que hubieron reconciliaciones... Vamos, que me sentí esa noche entre amigos y no como una extraña que lleva solo dos meses trabajando en una empresa donde la mayoría de la gente se conoce desde hace años, donde hay novios, matrimonios, familias, amigos íntimos...

Lo que menos me gustó, pues que tuve dos moscones dándome el coñazo toda la noche, que no me dejaban en paz, que a uno le tuve que "hacer la cobra" no sé cuántas veces y que eso a mí me pone de muy mala hostia. Y que para pasar de todo yo bebía más y me cogen "las de limpieza" en plan madrazas y me sientan en una silla y me dicen que yo ahí quieta y que ya no bebo más. ¿No te jode? 

Pues no, qué va, no bebí yo más ni nada... Acabé con mi jefe y la compañera de recepción (de la que he hablado alguna vez) a las 9 y pico de la mañana, con la cara ya de "no puedo con mi pellejo" (a las fotos me remito, quien me tenga en Tuenti que busque) y hasta ahí puedo contar. Y digo esto no porque hiciera un trío con ellos dos y no lo pueda contar públicamente. Sino porque a partir de ahí no recuerdo nada. Sé que me acostaron en uno de los albergues del camping (Recepción, ¿me recibes? Albergue treinta ha salido...) y que vomité un par de veces. Pero luego no tengo consciencia de nada hasta que me desperté a las 4 de la tarde. Le había mandado un sms a mi madre, estaba sola en el albergue y no sabía cómo volver a recepción.

Sí, a esa hora, dos horas después de la hora a la que debería haber salido de mi último día de trabajo. Qué vergüenza. Pero vamos, que yo cuando vi el reloj y vi la hora que era, tampoco es que me pusiera muy nerviosa. Pensé: "¿Sí? Pues si ya es esta hora, yo sigo durmiendo..." Y a las siete y pico de la tarde estaba saliendo de ese albergue en ninguna parte, que más que un albergue parecía un invernadero de la calor que pasé ahí dentro... Y por el camino me iba dando cuenta de que había dormido con el mismo vestido que llevé a la fiesta, que el vestido estaba "comiíto de mierda", que llevaba una flor en el pelo de una de las chicas de cafetería y no sabía por qué... Y aún me tocaba irme de vuelta a Huelva con todo el resacón...

Así que me fui directa al supermercado, donde había dejado mi coche, cogí ropa limpia, me cambié, lavé la cara y peiné y me fui dentro del super a comer algo, que estaba muerta de hambre. Hice un poco de tiempo para que se me asentara un poco la cabeza, que me daba todo vueltas y me vine a Huelva, no sin antes tener que soportar las gracias de algunos compañeros y sobre todo de unas cuantas envidiosas de limpieza, que me dijeron a grito pelao: "¡Anda, que anoche te querías tirar a todas las pollas del camping!"

Dios. No os podéis hacer una idea de la mala leche que me subió en ese momento. ¿Yo? O sea, yo, la que tuvo que quitarse a un par de tíos de encima, literalmente porque hasta uno se me sentó encima y lo mandé al suelo de un empujón. Yo. ¿No sería al revés, envidiosas de mierda, cacho de feas, que todas las pollas del camping me querían follar a mí?

¡¡¡¡AAAARRRRRRGGGGGHHHHHH!!!!

Es que ODIO con todas mis fuerzas este tipo de bromas y más que lo gritasen ahí en medio. Menos mal que no estaban ninguno de mis jefes, porque se me hubiera caído la cara de vergüenza a pesar de saber que yo no había hecho nada de eso...

Total, que llegué a Huelva hecha un desecho humano, con fiebre, dolores por todo el cuerpo y un dedo del pie morado, el cual sigo sin saber por qué apareció así (y no me lo quieren decir con los cachondeítos de mis compañeros). Me duché para quitarme tooooda la mierda que llevaba encima, cené una reponedora tortilla de mi madre y después de un poquito de charla en el messenger me acosté.

Al día siguiente tuve que ir al camping de nuevo, a por el cheque, firmar el finiquito y todo eso... Y compañero que me veía, compañero que me hacía alguna gracia. Me he ganado el título a la mejor botiquinera-fiestera del camping, pero me han prohibido volver a beber alcohol con ellos. Y bueno, a mí los compañeros me daban un poco igual, lo que me importaba más era el momento de verle la cara a mi jefe después de la fiesta...

Cuando me llamó para que entrase al despacho, estaba más nerviosa que el día de la entrevista, pero la verdad es que me trató muy bien, no le dio importancia a que no hubiera ido a trabajar el último día (me dijo: "No pasa nada, mujer, un día es un día" *guiño*), me dio los papeles para firmarlos, el cheque y me deseó mucha suerte para que encontrase otro trabajo pronto. Me dio las gracias por todo, yo a él lo mismo y cuando me iba a ir con toda mi cara de poca vergüenza, me dice: "Venga, un beso, ¿no?"

Y así quedó todo, sellado con dos besos y un abrazo en plan "venga, que no pasa nada, que yo ayer también estaba to mamao" y diciéndole que para el año que viene me llame de nuevo, que me voy encantada a trabajar otra vez para allá.

Ahora sigo un poco cansada y con un sentimiento raro. Raro pero bueno, como de las cosas bien hechas, de satisfacción, de post-juerga-merecida, de haber hecho amigos, de haberlo pasado bien... Me queda por delante un fin de semana con la visita de una de mis mejores amigas y me lo voy a tomar en plan terapia, en plan como si no se hubiera acabado agosto, como si septiembre no estuviera ya aquí anunciándome el final del verano.

Besos con marca.

PD1: Hay muuuuchas más cosillas y detalles que podría contar de la fiesta, pero de alguna manera me parecen muy especiales entre los que estábamos allí, así que prefiero que se queden en las memorias de quienes lo vivimos.

PD2: Hola, admiradora anónima que me peta el Formspring de preguntas. A ver si das la cara pronto, ¿no? Ábrete la cuenta de nuevo y dejas que te conozca yo a ti...

PD3: Soy el más claro ejemplo de "exaltación de la amistad" cuando estás borracho, le doy besos a todo el mundo... xDDD

1 comentario:

  1. Buffff, que malas son las borracheras tan bestias...y que bien se lo pasa uno! aunque es verdad q las lagunas mentales son una mierda. La última vez q me pasó algo así aparecí en casa con unas plumas a lo cabaret y un fumacigarros a lo cruela de vil (y yo no fumo!!)y respecto a los tíos...Yo no sé como les motiva entrar a saco cuando no eres capaz ni de mantener el equilibrio. Qué ganas de pillar tienen q tener...y de envidiosas ta lleno el mundo,je
    PD:ya había visto las fotos en el tuenti,jeje pero no había leido el post y sip, me estoy poniendo muy al día, q te tenía abandonada. Empiezo a pensar q leo demasiados blogs,no tengo tiempo para todos. Habrá q hacer limpieza.Un besote!

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