De paso.

        "Eso dijo Carmela.

        Y entonces se levantó.

        Y luego cruzó el salón.

       Y lo cruzó ante mí, por mí, contra mí, para mí, hacia mí, frente a mí, junto a mí, hasta mí, y, sobre todo, a través de mí, para perderse después por el pasillo. Y sin embargo, yo la seguí viendo en la pared vacía, y en el violento contraluz de los balcones, y en los barrotes de la cama de mis abuelos, y he seguido viéndola en cualquier parte, desde entonces y durante toda mi vida, allá donde he mirado, la he visto, como si la silueta de su cuerpo pequeño, las piernas quizás un poco cortas, pero bonitas, el culo duro y redondo, la tripa elástica, los pechos grandes, perfectos, se hubiera fundido para siempre en la lisa transparencia de mis ojos.

        Nunca antes había visto una mujer desnuda de verdad. En fotos sí, pero era distinto. Las mujeres desnudas de las fotos no daban calor, pero Carmela me ardía en la frente, como si tuviera fiebre. Las mujeres desnudas de las fotos se estaban quietas, pero Carmela se movía, desprendiendo a su paso un extraño aroma sin olor que me recordaba los merengues de fresa de alguna pastelerías muy buenas, muy caras, de esas pálidas y crujientes cúpulas de azúcar que ocultan una realidad esponjosa y tierna, aérea y mullida, rosada y dulce. Las mujeres desnudas de las fotos iban muy pintadas y eran de mentira, pero Carmela era insoportablemente parecida a mí, tenía pelos en las axilas, y en los brazos, y a lo largo de de una estrecha línea oscura que le nacía en la base del ombligo, era de carne, y estaba ahí, había pasado a mi lado casi rozándome, habría podido tocarla sólo con estirar los dedos a tiempo. Las mujeres desnudas de las fotos estaban buenas, pero Carmela estaba buenísima, eso me dije, buenísima de verdad. Entonces volvió, vino derecha hacia mí y, al detenerse para ofrecerme la cocacola que llevaba en la mano, sus dos pechos botaron a la vez, como la locomotora de un tren que ha llegado al final de su trayecto."

Fragmento de El Capitán De La Fila India

relato de Almudena Grandes recogido en su libro Estaciones De Paso.

Estoy perdida. Así en general.

Besos con marca.