Sweet dreams... Are made of this?

(Play y escuchar mientras se lee la entrada...)

Dejo esta versión del temazo porque lo que vengo a contar no es dulce precisamente... Y es que llevo una racha "curiosa" en cuanto a sueños/pesadillas se refiere. Y como siempre, me acabo rayando.

Bien es cierto que mis sueños casi nunca son muy normales. Una vez soñé que estaba encerrada en mi instituto con más gente, pero éramos muy pocos, era de noche y estábamos como atrincherados. Descubrí que era porque había estallado una guerra y que el que por aquel entonces me tenía enamorada me había llevado allí para ponerme a salvo. Recuerdo perfectamente las explosiones fuera, las conversaciones con la gente y cómo le decía al susodicho que por favor no saliera, que no se hiciera el héroe y que si le pasaba algo me moría. #hormonas También recuerdo un sueño super raro en el que yo era algún tipo de superheroína que iba montada en un caballo blanco cargándose a todo lo que amenazase a la paz e integridad de La Tierra y de cómo ese jamelgo se podía transformar a mi antojo en una pezado de moto de esas de las que vas todo tumbado hacia delante y a la que no sé ni como me llegaban los pies...

Lo que pasa es que últimamente lo que sueño tiene algo de relación y eso es lo que no me gusta. Ya tuve una época de soñar siempre que caía a un vacío, a una especie de agujero negro sobre el que flotaba mi cama, que me hacía sentir una presión horrible en el pecho y que me hacía dudar de si estaba despierta o no. Eso me empezó a pasar durante el bachillerato, se atenuó un poco cuando lo saqué con buenas notas y el primer año de carrera lo acabé sin llevar nada para Septiembre, pero se volvió a magnificar (y de qué manera) durante el segundo año de la diplomatura. Eso sí, desde que tengo mi título no he vuelto a tener esa pesadilla tan angustiosa.

Ahora siempre sueño que me pasa algo en las piernas, que no las puedo mover por mí misma, que alguien me tiene que llevar en silla de ruedas o que me someten a operaciones casi sin anestesia.

Situación 1: Hace un par de noches. Estoy en lo que parece una excursión de estas organizadas. Al principio puedo apreciar que voy en un autobús y que alguien nos va indicando monumentos. Debe ser un sitio de la hostia, porque está allí la Torre Eiffel, el Coliseo romano y más cosas importantes que no recuerdo. En un primer momento lo veo en primera persona y no hay nadie conocido por allí. Lo que si pasa luego es que bajo del autobús y veo, ya en tercera persona, que me voy desplazando hacia un restaurante donde nos esperan mis padres. Y digo "nos" porque iba hacia allí con mi ex y me llevaba ella en una silla de ruedas. Fatal. Empiezo a ponerme nerviosa y a decirle que qué me pasa cuando me doy cuenta de que no me puedo mover por mí misma y me dice que no me preocupe, que ella siempre va a estar conmigo para cuidarme. Imaginaos el mal cuerpo cuando me despierto.

http://evolved-monkey.deviantart.com/

Situación 2: Esta noche. Sé que he soñado más cosas antes, pero, no sé cómo, acabo en algo parecido a  una sala de espera de hospital. Esta vez lo veo siempre en primera persona y me veo el cuerpo y las piernas en una camilla. Alguien dice mi nombre y me empiezan a llevar a la "zona de cortinas". Aparecen dos médicos de Hospital Central (lo sé, tengo que ver menos tele): Vilches y Javier. Vilches me mira y dice que él se va a encargar de la operación. Javier le dice que si está seguro de lo que hace, que es muy complicado y que él es el director del hospital y debe respetar su decisión. Vilches, como siempre, se sale con la suya y le dice que le deje hacer su trabajo en paz, así que me llevan a una especie de quirófano en la que puedo ver en todo momento lo que me van a hacer. Entonces es cuando me duermen las piernas y puedo ver cómo el doctor Vilches empieza a hacerme cosas que al parecer me duelen, porque yo me quejo, grito, le pido por favor que pare y al final me duermen entera. Luego se ve que me despierto y que vuelvo a estar en una sala de espera, con algún acompañante al que no le pongo cara. Cuando me voy a bajar de la camilla, con las piernas vendadas y llenas de sangre y me intento poner de pie, éstas no me sostienen y me caigo al suelo y me empiezo a arrastrar llorando sin poder levantarme. Lo último que veo es que vuelve el doctor Vilches y que se prepara para operarme de nuevo.

(¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? -"Yo fui antes que House, ok?")

(-"Qué guapo soy y qué bien dirijo el Central...")

Yo soy de las que muchas veces piensa que los sueños no son más que imágenes puestas en un orden al azar o que reproducen cosas que has visto o vivido... Pero no sé, a veces me da mal rollo soñar siempre lo mismo o cosas tan parecidas y que me generen tanta angustia... No sé si es que mi cabeza o mi cuerpo me quieren decir algo o simplemente vuelven a ser meras escenas aleatorias...

En fin, para que la entrada no quede tan rayante, os diré que he encontrado las mejores galletas del mundo.

(Están buenísimas, como su homónima, jojojo...)

Y que mi madre mola mazo y me ha comprado unas botas que molan tres pedazos y que he estrenado hoy para ir a comprar con ella y que tres cuartas partes de la compra eran cosas de perfumería para mí. Mascarilla para el pelo, potenciador del color, protector térmico, hidratante facial y mi colonia Adidas que no puedo vivir sin ella. Oh, y también el café soluble que tanto me gusta... Como se nota que ha llegado el dinero que manda siempre por Navidades la puta de mi tía la rica... He aquí la foto de las zapas:

También os cuento que he hecho una especie de entrevista telefónica para un curro y que a partir de Enero harán las presenciales. No es de lo mío, sino para entrar a formar parte de Johnson&Johnson como visitador médico en mi provincia, con formación y posibilidad de permanencia. No es que me entusiasme la idea, pero he decidido algo. Si para Enero no tengo nada de lo mío, empiezo a buscar de otra cosa o me aventuro a buscar en otra ciudad y me voy como pueda o, como tercera opción (que a mi familia no le ha hecho ni puta gracia) me voy en plan ayuda humanitaria donde sea, aunque no vea un puto duro. Así que ya os iré contando...

Besos con marca.