La chica del millón de dólares.

"Mo Kushla significa mi amor. 

Mi sangre."

Acabo de ver Million Dolar Baby. Me ha encantado. Ahora están poniendo una peli en la que sale Kevin Spacey y a mí Kevin me puede, siempre dije que me casaría con él, me divorciaría, me quedaría su fortuna y me escaparía con Drew Barrymore para casarnos en Las Vegas. Pero bueno, no era de eso a lo que yo venía a hablar. Ni siquiera sé a qué venía a hablar ni a qué ha venido hacer ese cutre retoque de ahí arriba con la imagen de Clint Eastwood y Hillary Swank y la frase que lleva en la espalda la boxeadora.

Esta película me ha traído recuerdos que llevaban un tiempo enterrados. Yo tenía unas botas de boxeador, se llevaron hace unos años y, cómo no, yo tuve unas. Las usaba mucho y quizás sean las que, con sus pisadas, hayan enterrado y desenterrado a la misma vez estos recuerdos. No son recuerdos dolorosos, no sé, ahora creo que soy capaz de mirarlos desde el cariño aunque se me escape cierto regusto a añoranza.

Mo Kushla. Mi amor, mi sangre. Yo no fui su sangre y pocas veces estuve en contacto con su cuerpo aunque su olor se me quedara a veces pegado a la vida. Quizás sí fui su amor, pero no de la misma forma de la que lo fue para mí. Nunca lo sabré, aunque creo firmemente que no fue así. Y sin embargo, todo lo que se me sigue viniendo a la mente es bonito, positivo. Y quizás sea eso lo que realmente importe.

Me gustaría sentarme contigo, con unas copas, un buen sofá y charlar y charlar hasta que me quedase dormida apoyada en tu hombro o sobre tus piernas. Contarte tantas cosas. Ver tus expresiones, sentir tus experiencias. Arrancarte quizás una sonrisa y sentirme tu amiga. Al fin y al cabo, a estas alturas, ni espero ni quiero más...

Es curioso, pero a la vez gratificante. Sabría que algún día podría hablar de todo esto sin parecer una adolescente sobrehormonada e idealista. Me gusta.

Besos con marca.