Termodinámica. Leyes del calor-amor.

"Qué más da el sol que se pone o el sol que se levanta,

la luna que nace o la luna que muere.

Mucho tiempo, toda mi vida, esperé verte surgir entre las nieblas monótonas,

luz inextinguible, prodigio rubio como la llama;

ahora que te he visto sufro, porque igual que ellos

no has sido para mí menos brillante,

menos efímero o menos inaccesible que el sol y la luna alternados.

Más yo sé lo que digo si a ellos te comparo,

porque aun siendo brillante, efímero, inaccesible,

tu recuerdo, como el de ambos astros,

basta para iluminar ausente toda esta sombra que me envuelve."

Qué más da. Luis Cernuda.

Los Placeres Prohibidos. 1931.

Hemos compartido lunas y soles. Su recuerdo, junto al tuyo, es lo que ahora me queda. Lo que me ilumina en estas sombras que ahora mismo me rodean. Ha sido efímero. Me hubiera gustado que nunca más cogieras un autobús de vuelta a casa. Eres inaccesible. Sabes el porqué y entre nosotras queda.

Nosotras. Qué bien suena. Nosotras. Le da ese toque de pluralidad que necesitaba, que tanto tiempo llevaba buscando. Le quita esa unidireccionalidad a la que estaba acostumbrada. Le da reciprocidad y hace que desaparezca ese frío que sentía, que llevaba sintiendo tanto tiempo cuando irradiaba e irradiaba calor-amor en el vacío.

La radiación es la única forma de transmisión de calor-amor que se propaga en el vacío. Puede que algo de ese calor-amor haya llegado alguna vez a alguien que amé. Puede que le tocase en alguna parte, que sintiese un soplo caliente en la nuca o detrás de las rodillas. Puede que sintiera fuego entre las piernas o que le arroparan por las noches. Y yo me quedaba fría.

Contigo entran en juego convección y conducción. Y cuando dos cuerpos están en contacto con temperaturas diferentes se produce la transmisión de calor-amor para igualar las temperaturas. Transmisión que nunca acaba aunque ambos cuerpos se igualen en calor-amor, sino que se hace más y más lenta, infinitamente lenta e interminable.

Aunque sólo fuesen unas 4 horas, tu calor-amor se ha quedado pegado a mi cuerpo y me durará todo el invierno. Me arropará, me encenderá, me hará cosquillas y me sorprenderá. Porque se ha establecido una sólida comunicación que ahora nos toca mantener mediante radiación hasta que podamos volver a juntar las masas y retomar las formas más íntimas de transmisión de calor-amor.

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No espero que nadie más que tú entienda esto. Y me encanta esa sensación.

Besos con marca.