22 de julio de 2013

Día 1.

Estoy de mala hostia. Así sin más. ¿Porque son las tres menos algo de la tarde cuando empiezo a escribir esto, estoy con un tazón de cereales y un té en el estómago desde esta mañana y tengo hambre? ¿Porque Telecinco ha puesto "Frágiles" los lunes y me coincide con "Pulseras Rojas" en Antena 3? Pues puede. Pero me hierve más la sangre al pensar en la última noticia que leí anoche antes de acostarme o en las que acabo de leer en el que será el último periódico Mundo Sanitario que me llegará a casa porque he tenido que dejar de pagar el SATSE, con todo lo que eso implica.

Anoche, con algo de sueño, me fui a la cama y antes de echarme a dormir me puse a leer tweets. MAL. ¿Para qué? ¿Para enterarme de la nueva jugada del Partido Popular contra la población española y querer venir a borrar mi última entrada porque al final me van a hacer tenerle asco a este país? Os dejo el enlace a la noticia de la "nueva estadística de Mato sobre maltrato" en el diario Público...


...porque me gusta la imparcialidad con la que intentan redactar la noticia, pero sin dejar de advertir al final que con esta medida se quedan fuera de los datos las heridas leves, las maltratadas de forma psicosocial y las que no acudan al hospital. Y ya sabemos que, lo que no se visibiliza, no existe. Así que, de cara a la galería y al mundo en general, que se ve que es lo que le importa al partido que nos gobierna, sólo existirá el maltrato letal y el que suponga hospitalización. Porque total... Si te pega es que te quiere mucho, ¿no?


He leído reacciones nada desacertadas que dicen que si lo próximo va a ser una guía para machotes sobre cómo pegar sin dejar marca o lesionar. Ya os digo yo que no hace falta, que el maltrato SIEMPRE deja marca, aunque no sean rojeces, heridas, moratones, sangrados, hinchazones... Y las marcas invisibles son tan o más duras que las que están a simple vista. Esas marcas son mujeres que llegan a sentirse inútiles, inservibles, menos que cero. Son mujeres que tienen miedo a ser quienes son, a ser libres. Las marcas también son niños y niñas con secuelas casi de por vida, de ahí que antes dijera que la nueva medida era contra la población española y no sólo contra las mujeres. Hijos e hijas con miedo, sin autoestima, disfuncionales o posibles maltratadores en el futuro...

Total, que a pesar de que hoy me espera una prueba dura y quería dormir bien y descansar, anoche me desvelé. Me dije que hoy intentaría no leer ni una noticia que me agriase el día, pero como os decía al principio, este mediodía tenía en el buzón el último número de una de las revistas que me llegaban por estar afiliada al sindicato de Enfermería SATSE. Y como la semana pasada me di de baja porque este verano me han dejado en paro, me he puesto a ojear los artículos de Mundo Sanitario y mi indignación no ha hecho más que crecer.

Primero me han recordado algo que ya había conocido por otros medios: en la última convocatoria EIR, por cada plaza de especialidad enfermera ofertada (936 en total entre todas las especialidades) había dieciséis opositores luchando por conseguirla. Si tenemos en cuenta este dato y pensando que como yo, habrá muchos que hayan decidido presentarse este año por primera vez, el año que viene seremos unos veinte por plaza y la cosa se pondrá un poquito más dura. Hacer la especialidad no es sólo una forma de mejorar en tu práctica profesional, de avanzar, de realizarte. Es una salida profesional a corto/medio plazo porque, a pesar de que especializarte no te asegura el trabajo después de la residencia, sí lo hace durante el tiempo que dura la misma. Además de estar formándote "a pie de cama" y tener tus talleres y tareas, estás trabajando en el hospital en el que hayas conseguido la plaza, por lo que para enfermeras como yo que aún no han tenido una oportunidad en la sanidad pública, esto supone una mejora de la puntuación que tenemos en los baremos de las bolsas de trabajo en las que estemos inscritas, además de una inyección de autoestima y para nuestra economía.

En mi caso también supondría la oportunidad perfecta para independizarme, ya que en Huelva hay poquísimas plazas para especializarse y ninguna de la categoría que yo quiero, matrona. Y tampoco de mi segunda opción, que sería enfermera pediátrica. Todo esto sumado a otro motivo más personal y emocional que tengo, así que imaginad las ganas y la motivación con las que estoy estudiando. La misma que deberían haber tenido los titulados y tituladas recién salidos en esta última hornada si no fuera porque otra de las noticias que me ha hecho torcer el gesto hoy es que ésta será la primera promoción directamente abocada al paro después de mucho tiempo. Si muchos de los que salimos hace unos años (este es mi cuarto verano desde que me diplomé) estamos en la tesitura que estamos... ¿Qué pueden esperar ellos que aparte de no tener experiencia, tienen que vérselas con gente cada vez más formada?

Paso las páginas y veo que la buena labor de una enfermera escolar ha supuesto la retirada del mercado de una chuche que provocaba problemas de salud en los peques que la comían. Se llama Beatriz Robles, trabaja en el colegio Marista de Zaragoza y el acceso inmediato que tiene a los niños y niñas de todo el centro le permitió detectar los diferentes casos y síntomas, notificarlos a Sanidad e Higiene de los Alimentos y conseguir que la golosina se dejara de vender.

(Beatriz Robles en una entrevista para Enfermería TV)

Es curioso pero, si mis datos son correctos, en Huelva capital el único centro escolar que cuenta con un enfermero (al que conocí hace algunos años) es el colegio Marista Colón, de carácter religioso y, obviamente, privado (o concertado lo que sea, vamos, que no es público). Es harto conocido el papel que podría jugar la presencia de un profesional de Enfermería en un centro escolar, hay estudios sobre ello (mi trabajo de Administración y Gestión de Servicios de Enfermería sin ir más lejos era un proyecto sobre esto), hay incluso másteres en Enfermería Escolar. Pensemos, ahora, en la cantidad de colegios de infantil, primaria, secundaria e institutos de enseñanzas no obligatoria a lo largo y ancho de la geografía española y en el número de profesionales que saldrían de esa situación de paro sí, paulatinamente, estos centros fueran incorporando a sus filas la figura de la Enfermera Escolar.

Y ya no sólo el beneficio propio de los enfermeros en paro, sino la tranquilidad de los padres sabiendo que en el centro habrá un profesional de salud que podrá atender a sus hijos de forma inmediata en caso de accidente, que los niños tendrán educación para la salud, los enfermos crónicos tendrán vigilancia... Esto también supondría una descarga de trabajo para los enfermeros de zona, ya que la enfermera escolar podría dedicarse a la vacunación de los pequeños o a la criba de enfermedades y síntomas determinando cuáles deberían acudir al servicio de urgencias y cuáles no. Pero bueno, las ideas muchas veces se quedan en eso, en ideas y en mi mano no está ahora mismo cambiar esto (cuando sea presidenta de gobierno ya hablaremos).

A estas alturas muchos se habrán preguntado que por qué he titulado esta entrada como "Día 1". Pues porque dentro de un rato tengo mi primera clase de spinning y es un día importante para mí. Pero de eso, quizá, hablaré en otro momento. Ahora me voy a poner las deportivas, un sujetador que aguante bien esta pechonalidad y me voy a sudar (más) un rato.

Espero que hayáis empezado con buen pie la semana,
a pesar de todas esas noticias que se afanan en amargarnos.

Besos con marca.

20 de julio de 2013

La Pena.

Hace unos días mi madre me contaba que una conocida está viviendo y trabajando en Estados Unidos con su novio. Por lo visto la chavala está harta de que le pregunten si la situación en España está tan mal como la pintan, si hay tanta corrupción, tanto ladrón, tanta mentira... Cuenta que a veces incluso le da hasta vergüenza decir que es española. Yo, con esto, me suelo indignar, porque me cae mal la gente que reniega de su tierra o la pone por los suelos o se avergüenza de decir de dónde es.

Suelo pensar que los sitios los hace la gente que vive en ellos y que en sus manos está, de alguna forma, el hacer de ese sitio un lugar agradable. Habrá pueblos, ciudades y países con más o menos historia, con más o menos patrimonio, con dirigentes más o menos honrados... Pero eso no implica que sus gentes no puedan ser amables o sus calles acogedoras. Si tú mismo tiras por tierra el lugar en el que naciste, en el que creciste, en el que vives o simplemente el que te acogió cuando tuviste que salir del tuyo por necesidad, no te molestes cuando alguien de fuera venga y lo desprecie, porque tú has sido el primero que no lo has defendido. O ya no hablemos de defender, sino de apreciar.

Yo, por ejemplo, soy la primera que me percato de todas las carencias que tiene Huelva (capital). Hasta hace poco históricamente hablando (1823) pertenecíamos al Reino de Sevilla y era lógico que "la capital" se llevara la mejor parte de todo. Por otra parte, hubo un fuerte terremoto en Lisboa en 1755 que destrozó buena parte del patrimonio arquitectónico de Huelva, además de cobrarse numerosas vidas tanto en Portugal como en España (sólo unas 1000 en Ayamonte, imaginaos) e incluso hasta en Marruecos. Y bueno, luego está la mano del político de turno que gobierne en Huelva (Partido Popular desde 1995), que no sé qué tienen en contra de haber remodelado y mantenido los pocos edificios con historia que nos quedaban, porque la mayoría acaban hechos escombros y dando lugar a nuevos edificios o a solares vacíos que lo único que hacen es "coger mierda". Y no voy a hablar de la ría y los sentimientos encontrados que me produce, porque daría para varias entradas y mi blog no va sobre esto. La provincia de Huelva es cosa aparte. Es bella a rabiar. Tiene sierra, gastronomía, vistas espectaculares, tradición... Tiene costa, dunas interminables, arena blanca y fina y tantísima luz...


Soy la primera que defiende a Huelva a capa y espada y que se partiría la cara si en sus manos estuviera el poder mejorarla. Me gusta su tranquilidad, su poder ir andando casi a cualquier parte, su Muelle del Tinto y su Puerto (aunque ahora una cadena de restaurantes lo haya acaparado tanto). Me gusta mi calle, tranquila cuando tiene que serlo y bien colocada para ser testigo de actos como Semana Santa, cabalgata de Reyes, manifestaciones de todo tipo... Tenemos casi de todo, aunque la oferta cultural y universitaria, por ejemplo, sea mejorable y aunque haya noches en las que el aire parezca que nos va a intoxicar. Y como Huelva, de un modo más general, me gusta España.

Pero llega un día en el que te encuentras con una noticia como ésta...


...y te entran ganas de replantearte todas tus creencias.

El estupendísimo gobierno formado por un puñado de inútiles que otro puñado de inútiles aún más grande nos impuso, aborregados, votando al PP sólo por querer castigar al PSOE, se escuda en motivos de austeridad económica para imponer su ideología en un tema tan controvertido como es el de formar una familia. En un momento histórico en el que buena parte de los países del mundo está dando pasos hacia la igualdad aprobando el matrimonio entre homosexuales, en España (ese país supuestamente tan influenciado por el "lobby gay", según católicosapostólicosromanosyespíritusantoamén) el gobierno insta a las Comunidades Autónomas a excluir de los programas de reproducción asistida a lesbianas y mujeres solteras, poniendo como motivo la falta de problemas para concebir. Además, restringe aún más las condiciones para parejas heterosexuales (edad de los progenitores y tener ya algún hijo natural, por lo que si el problema de infertilidad te ha llegado con algún hijo ya en el mundo, olvídate de darle algún hermano, no te lo mereces). Se amparan en que las Comunidades Autónomas que sí lleven a cabo estos tratamientos a mujeres solteras y parejas de lesbianas, pueden seguir haciéndolo si son capaces de demostrar solvencia económica, cosa que en el estado de crisis en el que vivimos, no creo que sea demasiado fácil.

Por lo tanto, los motivos son supuestamente económicos y no ideológicos. Claro que sí, campeones, claro que sí. No es homofobia velada, qué va, eso somos los del "lobby gay", que somos unos malpensados todos. Venga, hombre... Está más que claro que quieren imponer su modelo heterocéntrico de pareja, de familia y de vida. Que creen firmemente que una mujer que ha decidido formar una familia sin marido o una pareja de mujeres que se quieren y tienen la necesidad de llevar a cabo la consecución de ese amor formando una familia con hijos, no tienen el derecho de que el Estado les ayude a hacerlo. Y ojo, daos cuenta de que he dicho "formar una familia sin marido", no sin "un hombre". Porque esa mujer soltera y esas madres lesbianas tienen padres, hermanos, tíos, primos, amigos. Hombres a su alrededor que las quieren y las apoyan (no en todos los casos, claro, pero en general) y que serán los referentes masculinos de los futuros hijos. Si es que hay que ver estas lesbianas, encima de machorras, caprichosas.


Cuando el Tribunal Constitucional avala el matrimonio entre personas del mismo sexo poniendo al mismo nivel a los diferentes tipos de familia, el gobierno, un gobierno supuestamente democrático, no debería poder seguir coartando los derechos de las familias que ya son legales en todos los aspectos. Pero aquí estamos, señoras y algún señor que me lee. Leyendo día a día cómo siguen queriendo imponer, poco a poco, su forma de ver y vivir la vida. Se cargaron la asignatura de Educación Para La Ciudadanía porque hablaba, entre otros temas, de los diferentes modelos de familia. Y claro, todo lo que no sea padre, madre y muuuuuuchos hijos engendrados porque así lo quiere su dios (y ni se te ocurra usar el condón, si acaso marcha atrás y si tu mujer se queda embarazada o apechugas o te vas al extranjero, tú que puedes permitírtelo, ya que tus leyes también impiden abortar libremente) no se puede considerar familia.

El matrimonio, eso que ellos tanto defienden, tiene como utilidad, entre otras cosas, formar una familia. A veces las partes que forman un matrimonio no quiere tener descendencia, pero otras es lo que más desean en el mundo. Y ya no es simple deseo. Es necesidad, es instinto, es pervivencia. ¿Por qué tengo que gastarme un dineral en tener un bebé? ¿Por qué no puedo tener los mismos derechos que el resto de personas? ¿Por qué no puedo tener acceso gratuito a un avance médico si existe la posibilidad? ¿Por qué formar una familia, para personas como yo está visto como un capricho y para el resto es una simple necesidad? Y no me vale que nadie me diga que podría haber elegido ser heterosexual y haber tenido hijos de la manera tradicional porque ser homosexual no se elige. Se elige vivir o no como gay, lesbiana, etc., pero eso no cambia lo que se es ni lo que se siente. Y pobre del que elija vivir como algo que no es. Ese argumento ya está muy manido y devaluado, de verdad, nadie me va a convencer con algo así.

Por eso, no es vergüenza por ser española lo que siento a veces, con este tipo de temas. Nunca diría que me avergüenzo del país en el que nací, aunque sí lo haga de muchos de los indeseables que lo pueblan. Es pena lo que siento por España. Pena porque haya gente que no pueda desarrollar su vida de forma plena, tranquila y feliz. Pena porque haya gente que quiera seguir controlando la vida de los demás sólo porque se salen de lo que un día algunos quisieron establecer como norma. Pena porque me siguen queriendo convertir en una ciudadana de segunda o tercera clase. Pena porque el Estado, en lugar de protegerme y velar por mis derechos, me pone las cosas aún más difíciles... 

Pena.
Al parecer este es el verano de la pena...


Besos con marca.

4 de julio de 2013

El espíritu olvidado del verano del amor.

Podría escribirte la canción más bonita del mundo. Pero también puedo decirte que ya no consigo ponerme el pijama rojo del osito sin acordarme de ti, de nosotras, de la habitación del albergue, del calor, de la playa, de la medusa, del spa, del puerto, del verano... Quizá sea más ñoño y menos poético. Pero hoy lo llevo puesto y no sé...


Llámame tonta.
Besos con marca.

24 de junio de 2013

La Lucha.

"Soy una abierta ventana que escucha,
por donde ver tenebrosa la vida.
Pero hay un rayo de sol en la lucha
que siempre deja a la sombra vencida."

Extracto de Eterna Sombra,
poema de Cancionero y Romancero de Ausencias.
Miguel Hernández.

El jarro de agua fría un día de calor, que no sabes si te corta el cuerpo o te refresca. El bofetón a tiempo que, aunque duele, te saca del estupor. La súbita luz, que primero te ciega y luego te muestra todo lo que tienes por delante. En una obra eminentemente oscura, dolorosa y pesimista, te encuentras, de pronto, este maravilloso, luminoso, esperanzador final. Noches y noches acompañada de los pesares de Hernández, que te hace reflexionar en pasado, presente y futuro. Y cuando vas a terminar el libro... ¡Zas! Un golpe de positividad. Tengo varios poemas marcados, todos desgarradores, pero en los tiempos que corren en los que las noticias negativas son más abundantes que las alentadoras, quería compartir con quienes me leen estos versos finales del poema Eterna Sombra, muy apesadumabrado también, aunque con estos cuatro versos finales que cierran de la mejor forma la obra del de Orihuela.

Llevaba un par de noches con el libro al lado mientras leía feeds y hacía cosillas en el portátil, con las ganas de escribiros algo desde que me terminé Cancionero y Romancero de Ausencias. Un sentimiento raro, como de querer comunicar algo pero no saber el qué o el cómo. Como este sentimiento que se me ha instalado, entre el pecho y la cabeza, no está muy claro dónde, pero que ahí está.

Y hoy al fin, después de varios días, he decido dar un giro positivo a la entrada y hablar de otra cosa: de la lucha. Porque me he dado cuenta de que la vida, mi vida ahora, es una lucha constante. Trabajar para conseguir lo que se quiere, batirse contra uno mismo, contra los miedos propios. Marcarse un objetivo claro e ir a por él, cosa que desde que terminé la carrera aún no había hecho (bueno, estaba el máster, que era una opción clara y estaba casi conseguida, pero falló el factor económico, así que no se completó).

En ello ando, tarde a tarde, contra el sueño que entra después de comer, contra los días en los que se avanza menos en el temario, las materias más feas y difíciles de digerir... Contra los que me preguntan con qué academia me lo estoy preparando y tienen reacciones raras cuando contesto que con ninguna, que por mi cuenta, con un buen temario y una buena rutina. Luchar es ir a por la plaza aún sabiendo que en la última convocatoria, la relación plaza/personas era de 1/19. Diecinueve personas luchado por cada una de las plazas... En términos generales, claro, porque sabemos que hay especialidades y destinos mucho más deseados que otros...


Luchar también es meterme entre pecho y espalda 640 kilómetros en un sólo día para ir a otra ciudad a hacer una entrevista de trabajo, acompañada sólo por mis ilusiones y por una buena amiga que me hizo el viaje más ameno y calmó mis nervios. Entrevista para entrar en una bolsa de trabajo, ojo, ya ni siquiera para un puesto directo... Pero que después de haber pasado una criba de 4000 personas y estar entre las 500 mejores, había que ir a intentarlo, a dar lo mejor de mí y a dejar una nueva puerta (o ventana al mediterráneo) abierta.


(CHARE de Benalmádena,
¿mi futuro centro de trabajo?)

Otra forma de luchar es salir a la calle a defender tus derechos. Y en mi ciudad, Huelva, eso hace mucha falta. Por eso, sin "Día del Orgullo" como tal ni cabalgatas rimbombantes, tendremos una modesta manifestación este miércoles día 26 de junio, que partirá a las 20:00 desde la Plaza Quintero Báez (más conocida como "La Palmera"). El motivo de este año es "Educación Igualitaria: por unas aulas libres de homofobia" y me parece de lo más importante. Tenemos que formar a personas tolerantes, abiertas, que sepan apreciar la diversidad y convivir en paz con ella. No atacar lo diferente por desconocido, por inusual, por arcaicos prejuicios que se transmiten sin pensar en cómo afectarán a las futuras generaciones. Os dejo el cartel, haréis feliz a un gatito si lo compartís en las redes sociales...


Me queda otra lucha importante, ésta conmigo misma, pero aún no sé del todo cómo enfrentarla. Sé lo que quiero, lo que me gustaría, pero hay algo que aún me frena, algo que tengo que batir y que espero que pronto desaparezca para, poco a poco, empezar a ver frutos. Os lo podría contar, pero había que dejar algo al misterio y a la imaginación, ¿no?

Besos con marca.

12 de junio de 2013

Fruslerías (XIX).

La Bien Querida - A Veces Ni Eso

Haciendo eses de amor con las caderas como si el resto de funciones corporales se vieran mermadas en el momento en el que mi mente desconecta del temario. Sentir que doy tumbos, de una a otra, cuando ésta es de las mejores veces que he interiorizado la rutina de estudio, cuando mi objetivo está más centrado. Y no entender qué me pasa. No saber hacia dónde dirigir los sentimientos negativos, pero ahí están, llamando a mi puerta o colándose por las ventanas cuando mejor les parece. Haciendo difícil distinguir qué es señal y qué ruido. Las noches empeñadas en convertir mis sueños en un folie à deux autodestructivo que hace de mis despertares el peor momento del día. Tal vez debería empezar a llamarlos pesadillas pero tampoco puedo enfadarme con quien maneja mis alturas si no hago más que ir dejándome gestalts abiertas por el mundo. Por mi mundo. Porque las cosas no pueden andar bien si hay canciones que antes me gustaban y ahora las paso en la lista de reproducción. Si hay lugares que no quiero pisar sola porque no sé si voy a poder soportar tanto olor a sal. Si hay libros que dicen mucho más cuando están cerrados y hay calles gastadas, pisadas y nunca, nunca, con la compañía deseada, tan sólo en esas utopías nocturnas que a veces tienen protagonista recurrente y otras decide rescatar a viejas actrices que tuvieron su momento de gloria en el pasado. A sabiendas de que la heridas a las que no se les da puntos, tardan más en cicatrizar o pueden cerrarse en falso, en lo superficial, dejando encerrado dentro todo el dolor, preparado para salir en el momento menos esperado. Porque el tiempo a veces se toma su tiempo.


Y a veces ni eso.
Besos con marca.

5 de junio de 2013

Del otro lado de la vida.

La realidad suele ser polifacética. Poliédrica, con muchas aristas, unas más afiladas que otras. Hay fronteras, mejor o peor definidas según el caso. Entre ellas, hay situaciones en las que sólo hay dos bandos, dos posturas claras, marcadas y con características propias en las que, normalmente, nos situamos a uno u otro lado de forma casi permanente durante toda nuestra vida, sea por convicción, suerte, sorteo, herencia, arrastre o desastre. Pero es ese casi de la frase anterior el que a veces nos permite colocarnos, reversible o irreversiblemente, al otro lado de la vida.

Yo por ejemplo, y como experiencia más reciente, he podido vivir un programa de televisión desde el sofá de mi casa y desde el plató. Ni punto de comparación como podréis imaginar. En casa somos todos unos lumbreras. Catedráticos de camilla y sobremesa. Sin nervios, sin cámaras, sin pensar en los millones de ojos que te estarán mirando en ese instante en el que tu imagen aparece en pantalla. Y aunque en la tele tot és mentida, lo que no es falso es el remolino de sensaciones que se forma en ti cuando entras al estudio a grabar (no me quiero imaginar lo que tiene que ser hacer un directo...). Los focos dándote en la cara, sacando lo mejor y lo peor de tu anatomía. La soltura de los profesionales frente a tu torpeza mezclada con tu ilusión. La ansiedad de saber que ya no sólo estás jugándote ser el mejor de tu casa, sino que hay dinero y dignidad en juego y que tu abuela, tu madre y tu gata no son las únicas que te van a juzgar porque, en el momento en el que tu persona "se hace pública", todo el mundo siente la imperiosa necesidad de darte su imprescindible y maravillosa opinión. Si no se ha notado la ironía final, ya os la resalto yo.

Otra vivencia en la que he traspasado las lindes establecidas es la de ser paciente y ser enfermera, esta vez por profesión. Creo que el haber estado ingresada (una sola vez hasta el momento, gracias a Buda) ha sido una de las peores cosas que he vivido, ya no sólo por el hecho de padecer una dolencia (sordera súbita en mi caso), sino por todo lo que ello implica: angustia, claustrofobia, sentirse apartado de la vida corriente, etcétera. Y creo que me ha hecho comprender, mucho más que la práctica clínica, la dimensión humana de lo que los enfermos necesitan en general y sin tener en cuenta las particularidades de cada individuo. He podido saborear la amargura de la comida insípida para hipertensos y de que no te miren a la cara cuando vienen a tomarte la temperatura varias veces al día. Pero también el estrés de tener que hacer veinte electrocardiogramas antes de la visita del médico y que las chuponas no se peguen en ese pecholobo que tienes delante, haciendo que la máquina marque error y que te tiene, como si jugases al Twister o probases esa postura sexual tan placentera que han recomendado en la Cosmopolitan del mes pasado, con una mano sujetando electrodos, con la otra pulsando botones, intentando que la piernas no se enreden en ningún cable y que uno de tus turgentes pechos no roce al caballero de poblado torso, que sonríe cuando le dices que no se mueva, aguantando la carcajada de tener que ver semejante espectáculo de coordinación, flexibilidad y decoro. Y profesionalidad, eso ante todo, que no se quede ningún electro rutinario sin adornar el historial del paciente...

También he sentido lo que supone estar enamorada de alguien y que no te corresponda, mucho mejor para mí que saber que alguien te quiere y que no es mutuo. No, ni estoy loca ni he estado bebiendo. Cuando quieres a alguien que no siente lo mismo por ti lo pasas mal, está claro. Y mira que yo he estado mucho más en el lado del que ama que en el del que es amado pero, para mi gusto, la presión es mucho mayor cuando la situación es la contraria. Nunca sé cómo actuar cuando alguien me dice lo que siente por mí y yo no le voy a responder con algo similar. No sé si por falta de costumbre o por qué razón, me siento más vulnerable cuando no soy yo la que se abre y lo paso fatal en el momento en el que tengo que darle el palo a quien sea. Me pregunto siempre "¿Por qué yo? ¿Por qué se ha fijado en mí, si soy una niñatilla sin más? ¿Le habré dado pie a algo?". Y ya me empiezo a cuestionar hasta mi propio comportamiento, cuando simplemente cada persona tiene sus gustos y, al igual que yo me enamoro normalmente de señoras que no me hacen ni puto caso, hay personas que se pueden fijar, encaprichar y hasta enamorar de mí. Por mucho que (me) cueste creerlo. Esto me ha hecho ser más conservadora a la hora de mostrar mis sentimientos y ya no me declaro a la mínima de cambio, sino que espero hasta ver alguna señal (aunque mi historia con las señales no es que sea tampoco muy adecuada...) que me indique que la piscina no está del todo vacía, que al menos se puede chapotear y juguetear un poco, salpicar aunque luego mi autoestima quede a la altura del pepino. Ya no me suelo romper la crisma lanzándome de cabeza sin mirar primero si hay algo que me vaya a amortiguar el golpe, aunque esto reste naturalidad y espontaneidad al momento (qué le vamos a hacer, quizá sea también porque no ha vuelto a aparecer nadie en mi vida que me haya devuelto la impulsividad...).

Lo que quería contar con esta entrada, más o menos, era que la posibilidad de estar al otro lado de la vida te hace ser, quizá, más empático con el prójimo. Ser más consciente de lo que tus acciones pueden causar en los demás, ser una persona más cauta, tener más tacto... Esto no significa que, a raíz de tener este blog, el Twitter y demás y dejar una ventana abierta por la que observar y opinar de mi vida a un público mayor o menor, mi vena de stalker se vaya a apaciguar... Así que si alguien tiene el teléfono de Toñi Moreno, que por favor me lo pase, que la voy a intentar seducir hasta que se case conmigo o hasta que me ponga una orden de alejamiento.

Besos con marca.

(PD: Empiezo esta entrada mientras hago el trayecto Barcelona-Sevilla en avión y lo termino días después tras darle muchas vueltas. Al final ha quedado así, supongo que porque así tiene que ser. Habrá quien diga que no tengo que daros explicaciones de lo que escribo o cómo lo escribo, pero me gusta relacionarme con quienes me leéis y cuidaros. Gracias por estar ahí siempre, por preocuparos por mis ausencias y por hacer que este rinconcito siga, a su ritmo, siempre en marcha.)

19 de mayo de 2013

No estaba muerta, que estaba de parranda...

Os tenía abandonados y abandonadas, lo sé. ¿Razones? Por un lado, falta total de inspiración. Lo único que he escrito en estos días ha sido un poema que aún no os puedo enseñar porque está a la espera de ser publicado en la sección de inéditos de una revista online. Por otro, estuve terminando por fin el libro y el examen final del curso de "Mujer y Salud" que estaba haciendo. Apta con noventa y nueve preguntas bien de cien que tenía el cuestionario, así que muy contenta. Si con el que estuve haciendo a finales del año pasado sobre Farma no cubría la parte de formación del baremo del SAS, con éste ya lo cubro, con lo que ya me puedo relajar un poco en ese ámbito durante un tiempo. ¿Qué implica eso? Que me puedo dedicar al temario EIR plenamente y eso es lo que he empezado a hacer esta semana.


Pero antes de empezar a estudiar todas las tardes, también hubo tiempo para el relax y las celebraciones. Estuve en un conciertazo de Supersubmarina a finales de abril en el que disfruté como una enana, grité, canté, salté, lloré... Increíble. Tienen un directo que merece la pena vivir y luego bajaron a saludar y hacerse fotos con la gente. Un placer, de verdad. El blog cumplió seis años el 3 de mayo. Estuve a punto de escribir, pero con cada comentario que me dejáis, ya sea aquí o en Twitter y que os respondo, os doy las gracias. Me seguís dando ganas de escribir y de volver, así que decir cualquier otra cosa sería repetirse. También fue mi cumpleaños el día 8. 26 añitos que me han caído ya, quién lo diría... Porque no los aparento, ¿verdad? ¿VERDAD? *cof, cof* *se recompone* Empecé a celebrarlo desde por la mañana, que la pasé en el instituto donde estudié desayunando con una antigua profe con la que me llevo genial y ya fuimos encadenando charla, proyectos, recuerdos y confesiones hasta que tuvo que dar una clase. Merendé en casa con la familia una tarta de chocolate que duró no se cuántos días y me fui a cenar con mi grupo de bollis. Nos encontramos con unos colegas, juntamos mesas, nos fuimos juntos de marcha un miércoles, cantamos copla y sevillanas por la calle, me cantaron el cumpleaños feliz no sé cuántas veces acompañados por todos los de los bares donde íbamos... En fin, que yo decía que el miércoles era un día feo para cumplir años y al final fue genial. Pero la cosa no quedó ahí, porque con pocos días de diferencia dos de mis amigas también cumplían años, así que el sábado 11 nos pegamos una barbacoa de escándalo en Mazagón, con un tiempo envidiable, una compañía estupenda, guitarreo, risas, acabar con la primera nariz rojita de la temporada... No me puedo quejar.


En esta ausencia también he tenido dos buenas noticias. Por un lado mi madre, que se quedó en paro, ha vuelto a trabajar en el último puesto en el que estuvo, lo que supone que vuelvo a ser ama de casa a tiempo parcial, pero una inyección importante a la maltrecha economía de mi casa. Y por otro, salieron las listas de aprobados y suspensos de la prueba de selección que fui a hacer el Domingo de Ramos a Málaga para la Agencia Sanitaria Costa del Sol. Si estamos en la parte de buenas noticias, ya os podéis imaginar que he aprobado. Me alegré mucho, la verdad. De cuatro mil personas estoy más o menos entre los cuatrocientos primeros, lo cual es un subidón de autoestima y un aliciente para seguir adelante. Ahora tienen que ir llamando por orden alfabético para volver a Málaga a hacer una entrevista, así que siendo de la R aún me quedará esperar un poco más... Pero este logro no me lo quita nadie y buena falta me hacía una noticia así que me diera un poquito de gas (reina de mis miedos, dime la verdad).


Tengo, además, otra buena noticia que muchos ya han podido compartir conmigo. Y es que hace unos meses Rogue de Lesbicanarias, me ofreció participar en una sección en la que le dan voz a otras bloggers y acepté sin pensármelo. Y el 16 de este mes han retomado la sección y me han dado la sorpresa de incluirme en la primera hornada (humor) de colaboraciones. Os dejo el enlace para que podáis leerlo y conocerme un poquito más.




Así que, como veis, no estaba muerta. Aunque la alergia se haya empeñado en dejarme K.O. estos últimos días, que vaya tela cómo estoy mientras os escribo... Pero tengo ideas y tenía ganas de volver, así que aquí me tenéis de nuevo y en breve prometo volver a pasarme por vuestros rinconcitos, a leeros y dejaros comentarios.

Se os quiere.
Besos con marca.