De día, de noche, lactancia y demás.

Bueno, bueno, bueno... Veo que el post de la bruja, Gawain y demás ha dado hasta para un debatito y todo. Me encanta. Me encanta traeros cosas que os muevan y que os hagan pensar. La pregunta se las traía, aunque en realidad salir del paso no era tan difícil como parecía y la respuesta, digamos, correcta, estaba en el propio texto. Os dejo una captura de lo que yo respondí y el final original del cuento.

"El noble Gawain replicó que la dejaría elegir por sí misma. Al oir esto, ella le anunció que sería una hermosa dama de día y de noche, porque él la había respetado y le había permitido ser dueña de su vida."

¿Cómo te quedas? Pues muerta en la bañera me quedé yo cuando vi que había respondido lo mismo que el cuento. Y es que al principio pasé de pensar rápidamente "la guapa pa mí por la noche" o "qué cruel sería tener a la fea todo el día por ahí sin vida social ni ná" a "¿pero qué coño?, que elija ella, es una putada decidir así sobre algo tan importante como la apariencia de una persona...". Y caí en la cuenta de lo que decía el cuento. La mujer lo que quiere es ser soberana de su propia vida, poder elegir por sí misma, así que... ¿Quiénes somos nosotros para decidir cómo ha de ser el aspecto de otra persona?

Imaginaos que llega un día vuestra pareja, vuestro super-amor-del-alma-qué-bonito-es-vivir y os empieza a decir que si esa falda es muy corta y así no sales a la calle, que si ese corte de pelo que te has hecho ya te lo estás cambiando porque parece de tío, que si no te maquilles porque que pareces una buscona. Pero luego, en la intimidad de vuestro lecho le encanta que seáis tal o cual, que os pongáis tal ropa o que adoptéis una actitud digamos... Díscola. ¿Qué os parecería? Pues eso, más o menos.

Luego está el tema de la relación con la lactancia, que también explico las posibles relaciones que a mí se me ocurren y que están ahí arriba. Y aquí es cuando entra en lid el tema de la lactancia materna, si es mejor o peor, si es una imposición, si es una esclavitud...

La verdad es que en este curso estoy aprendiendo muchas cosas sobre ser madre, sobre amamantar y sobre ser mujer. Hasta que no empecé a formarme en la Enfermería no tenía una concepción demasiado buena de la lactancia materna, pero a raíz de conocer lo que puede ofrecer nuestro propio cuerpo, mi opinión ha cambiado radicalmente.

La lactancia materna, a pesar de lo que pueda parecer, es lo mejor tanto para el niño, como para la madre e incluso, para la sociedad y el medio ambiente. Así que, vamos por partes.

Para el niño es lo mejor por diferentes razones. La primera y más importante, es que la leche materna está preparada y es idónea para el niño en cada momento de su desarrollo. Así, si un niño es pretérmino (prematuro) la leche de su madre estará preparada para ese momento de desarrollo del niño, mientras que las fórmulas artificiales no se diferencian entre ellas teniendo en cuenta las semanas de gestación del bebé en el momento del parto. Esto supone un riesgo menor de numerosas enfermedades, digestiones más fáciles... Por otra parte, la lactancia materna provee al niño de inmunidad frente a enfermedades a través de su madre y ya, si nos metemos en el terreno del increíble vínculo que se genera entre la madre y el niño y los beneficios para su desarrollo de esta unión, nos podemos llevar hablando horas.

En cuanto a la madre, el posparto de las mujeres que amamantan es mucho mejor que el de las que no. Las contracciones uterinas que se producen por la oxitocina que se genera con el reflejo de succión hace que el sangrado posparto dure muchísimo menos y que las probabilidades de hemorragia sean menores. El peso ganado con el embarazo se pierde en menos tiempo. La regla no viene durante la lactancia natural, por lo que el tiempo de fertilidad de la mujer es más largo durante su vida y está más protegida frente a las enfermedades típicas de la menopausia. También se ha demostrado que la lactancia es un factor de protección frente a algunos tipos de cáncer como el de ovario y mama. Y la recalcificación de los huesos tras la lactancia es tan fuerte que estas mujeres sufren menos fracturas y osteoporosis al fortalecer sus huesos.

¿Cómo puede la lactancia ser beneficiosa para la economía familiar, el medio ambiente o la sociedad? Pues empezamos, por ejemplo, porque el niño que mama de forma correcta, NO NECESITA durante los primeros 6 meses NADA MÁS en su alimentación que la teta. Punto. El niño está nutrido e hidratado, por lo que no necesita nada más que la leche, ni agua ni infusiones ni sueros ni nada. Esto supone que no hacen falta demasiados biberones en la casa ni comprar las fórmulas para hacer la leche... Por lo que habrá menos necesidad de fabricar, distribuir y comercializar estas cosas y se producirán menos desechos y contaminación además de tener que invertir menos dinero en la alimentación del pequeño (obviando, claro está, lo necesario para sacar y almacenar la leche en el caso de que no se pueda dar siempre el pecho por trabajo o cualquier otra situación de la familia del baby).

¿Es la lactancia materna una imposición o una esclavitud? Pues sinceramente, NO. Me parece muy fuerte, en mi humilde opinión, que una madre piense que dar lo mejor de sí misma a la criatura que acaba de traer al mundo sea algún tipo de condena o imposición. No voy a negar que hasta que el niño adquiere un patrón de alimentación concreto, que va mejorando con los meses, la lactancia materna es A DEMANDA, por lo que la madre ha de estar prácticamente todo el día con el niño enganchado. Pero esto no es así durante todo el tiempo que dura la lactancia y ni mucho menos es una imposición ni nos niega como mujeres ni supone un yugo machista. Si fuera una imposición, la prevalencia en porcentaje de lactancia materna en Andalucía no rondaría el 60% e iría descendiendo conforme pasan los meses de vida del niño. Además, ¿hay algo más femenino y libre que poder amamantar a tu propio bebé? ¿No es una esclavitud no poder dedicar parte de tu vida a la crianza de los hijos? Creo que con todo esto de la liberación de la mujer y demás, hemos pasado al extremo contrario y los extremos nunca son buenos. No es bueno una mujer absorbida por su trabajo que no tiene nada más en la vida como no es bueno tener una coneja en casa que "solo sirva" para traer niños al mundo. En estos días estoy viendo vídeos con madres que han podido mantener la lactancia hasta los 2 años o más (no, no es una aberración que un niño "grandecito" siga mamando, flexibilidad mental, por favor) y que han podido compaginar sus trabajos con esta práctica mediante el sacaleches y la leche guardada y congelada, con políticas que favorecen la conciliación de la vida familiar y el trabajo y con hombres y familias a su lado que han hecho todo esto posible. 

Porque sí, el apoyo familiar es IMPRESCINDIBLE para llevar adelante la lactancia materna y he visto a padres a los que se les caían las lágrimas hablando de cómo habían estado ahí y de lo precioso que les parecía todo lo que rodea a la lactancia (digo padres porque no se han visto parejas de lesbianas de momento, cosa que ya he puesto de manifiesto en mis trabajos, sobre todo a la hora de leer artículos que analizar). Además, las madres necesitan tiempo para ellas y para el niño, necesitan ayuda con las tareas domésticas, con los horarios de trabajo y de las tomas... Con todo, en definitiva, como necesitarían de no estar amamantando o criando a un hijo, pero con más fuerza si cabe.

Pero la familia es un arma de doble filo y es que las visitas de las abuelas a la maternidad suelen ser uno de los detonantes que propician el abandono de la lactancia en los primeros días de vida del bebé. Las manidas frases de "el niño se queda con hambre" o "tu leche es agua y no sirve" son lo mejor para minar la confianza en sí misma de una mujer, llegando incluso a hacerla sentir mala madre. Y no. Salvo en contadas ocasiones de hipogalactia real o primaria, TODA MUJER TIENE LECHE tras la subida posparto y esta tiene varias fases en función tanto del tiempo que ha pasado desde haber dado a luz, como del tiempo que el niño se lleva mamando. La leche empieza siendo calostro, que para nada tiene la apariencia de leche tal cual nos la imaginamos. Luego aparece la leche de transición y después la leche madura. Además, en cada "mamada" o "tetada", la leche es inicialmente más ligera y acuosa, con ciertas propiedades y, conforme el niño mama, se va haciendo más densa y grasa. De ahí que cuando sacamos leche de un pecho que no ha sido previamente usado para mamar, haya gente que pueda pensar que esa leche es mala o no alimenta, cuando es totalmente perfecta para el niño y además ya hemos dicho que se necesita que se siga mamando. Digamos que es como si el fondo de una botella tuviera el vino más espeso y para llegar a ese vino tuviéramos que bebernos primero el menos denso, que no por ello es mejor o peor que el que vendrá después. 

Luego está también la hipogalactia secundaria. La producción de leche aumenta conforme el niño mama y vacía el pecho. Si la técnica es deficiente el niño no puede mamar bien y no vacía, la producción de leche no aumentará según sus necesidades, por lo que la cantidad de leche nunca llegará a ser la adecuada. De ahí que este tipo de hipogalactia se llame secundaria, secundaria a una mala técnica o un mal vaciado. Pero en ningún caso esto es definitivo y si conseguimos corregir la situación, la madre podrá producir leche como la que más.

El boom de las leches artificiales no supone que sean mejores que la leche de una madre. Ojo, no quiere decir que sean malas, pero nunca mejores. Lo que pasa es que la lactancia materna se ha considerado siempre algo tradicional, barato y hubo un momento en el que se llegó a considerar algo de baja clase social, de gente sin recursos, por lo que dar el biberón a los niños se ha considerado de un tiempo a esta parte como un signo de poder adquisitivo, de superioridad social o de modernidad. ¿Creéis que si la Organización Mundial de la Salud está haciendo todo lo posible porque se evite dar muestras de leche artificial o elementos que entorpezcan la lactancia natural, las fórmulas artificiales van a ser mejores para los niños que la leche materna? ¿Creéis que si se están haciendo todos estos esfuerzos por formar a profesionales y a madres en este tipo de lactancia va a ser algo malo para el bebé? Sacad vuestras propias conclusiones.

Yo, sinceramente, cada vez tengo más claro que, de ser mamá en un futuro, haré todo lo posible por dar el pecho a mi bebé durante todo el tiempo que pueda. No se me ocurre mejor manera de cuidar a ese ser que he llevado dentro y que ha nacido de mí que darle lo mejor de mí misma, lo que la naturaleza dicta, lo que hacen todos los animales mamíferos. No se me ocurre mejor forma de tratarle que con mi propio cuerpo, con mis propios recursos, con mi calor, mis latidos, mi leche. Mi amor, mi fuerza, mis experiencias y mi futuro. Seguro que al principio me parecerá duro. ¿Qué inicio de un proyecto nunca lo es? Seguro que estaré cansada. ¿Qué madre no lo está en algún momento de la crianza de su hijo? Seguro que necesitaré de todo el apoyo de mi pareja y de mi familia. ¿Qué madre no lo desearía? De lo que no me cabrá duda es de que estaré haciendo lo más natural y lo mejor para mi hijo o mi hija y que eso merecerá la pena a pesar del cansancio que pueda suponer o del tiempo que me pueda "quitar". Que eso también es cuestionable, porque habré sido yo la que habrá decidido el tener un bebé, así que seré yo la que habrá decidido "restarme" tiempo a mí misma en favor de esa pequeña criatura que lo necesitará todo de mí hasta que pueda valerse por sí mismo.

¿Puede que cambie de opinión con los años? Pues joder, eso no se sabe, pero no creo que mis principios cambien de manera tan radical de aquí a, pongamos, 5 u 8 años, ¿no? (esto me hace pensar que en 5 años cumpliría 30 y que siempre dije que a los 28 me gustaría ser mamá y dadas las circunstancias veo que esto no va a ser posible y me empiezo a rayar, pero ese es otro tema).

En definitiva y tras esta parrafada (que podría haber sido mayor aún porque me he dejado muchísimos datos a favor de la lactancia) que me acabo de marcar: 

-¿Lactancia materna? Sí y siempre que sea posible. 

-¿Información real y contrastada? Sí y siempre, no cabe duda. 

-¿Capacitar a la mujer para tomar una decisión sobre amamantar o no? Si y siempre. 

-¿Estigmatizar a la que decida amamantar o a la que decida no hacerlo? No, nunca.

La vida es más sencilla de lo que imaginamos y de lo que nos quieren hacer creer. También es más íntima y personal de lo que estamos viendo a diario y puede llegar a ser mucho más natural y placentera de lo que estamos empeñados en que sea.

Besos con marca.